...Y Morata metiendo 'triples'

Morata entró en la Community Shield sustituyendo a Batshuayi

Morata entró en la Community Shield sustituyendo a Batshuayi / AFP

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Vi el triunfo del Real Madrid en Vitoria en una cafetería monísima de Alcañiz, rodeado de gente de fútbol y no todos eran del Madrid, ni siquiera aquellos que no saben que son del Madrid, según Florentino Pérez. No digo, no, que quisieran que perdieran los blancos, digo, simplemente, que el juego de los campeones ha dejado de ser juego y ha dejado de ser blanco, blanquísimo, para convertirse, solo, en una manera de ganar sin gustar, sin agradar, sin hacer disfrutar al personal. Mal asunto ese en un equipo al que muchos han colocado ya la etiqueta de trascender, de ser la imitación, el clon, la copia mejorada (sí, sí, yo eso lo he leído) del Barça de Pep Guardiola.

Vi, en otro bar de La Fresneda, el empate del PSG en Montpellier (sin Neymar, el pobre que gana 100.000 euros al día) y, la verdad, creo que el tal Mbappé está supervalorado, pues ni siquiera supo cómo meterle mano al partido, que fue malo, malo, de solemnidad. He de decir que ese partido tuve que verlo, cómodamente sentado en mi mesita de bar, sin gente alrededor en mi portátil, pues no me atreví a pedir que lo pusieran en la pantalla del establecimiento. Ni lo hubieran puesto, ni lo hubiesen soportado. Insisto, yo no veo a ese PSG ganándolo todo. En Francia, sí; en Europa, no sé, no sé.

Vi el Girona-Barça en el tercer bar de mi periplo alrededor del Gran Premio de Aragón, en Torre del Compte, un pueblecito graciosísimo y muy, muy, acogedor, en un recinto regentado por unos chavales megajóvenes, muy agradables, rodeado de abuelos (todos del Barça), que habían apostado (dinero, dinero) por un 0-4 y se pasaron ¡lo prometo! la noche deseando que Messi se escapase de Maffeo y marcase el gol que les pagase la cena (prometo que solo la cena). Pero no ocurrió y se fueron la mar de contentos a sus casas, sabiendo que este Barça tiene buena pinta y, sobre todo, ¡por fin! ha encontrado un entrenador, que no solo sabe lo que hace, sino cómo lo hace y, mejor aún, cuenta con todos. Por cierto, ha vuelto el gran Iniesta, don Andrés.

Vi, ya en el circuito de Motorland, el resumen del Stoke City-Chelsea y, cómo no, el triplete de Morata, el chico que tenía pinta de ser el 9 del Madrid y buscó escaparse del aburrimiento tras darse cuenta de que el ‘ser superior’ quería demasiado a Benzema (todo el mundo recuerda que fue un fichaje muy personal del ‘presi’, que hasta viajó a Francia para contratarlo) y debía huir a Inglaterra, pues Zinedine Zidane había escogido ya a su compatriota. Y, mira, el Madrid está carente de gol (de momento, todo se arreglará o lo arreglará CR7, que tampoco arranca) y Morata lanzando triples sobre el Bernabéu.

Aunque parezca que el Barça se escapa, todos sabemos que no es cierto. Y quien más lo sabe es el vestuario azulgrana, consciente de que, o sigue así, es decir, jugando como un equipo sólido, tanto en defensa como en ataque, utilizando toda su plantilla y recursos, confiando en el bloque y soñando con la eternidad de Leo Messi, o no podrá cruzar la meta en primer lugar. Porque sí, es cierto, el Madrid parece sufrir la pájara de cada año, de cada equipo, en este arranque pero volverá a su sitio. Y ahí está el nuevo Atlético, perdón, el de siempre, el del Cholo, machacando a promesas como el Sevilla, que no es para tanto.