Las tentaciones vienen de París

Neymar está en Ibiza

Neymar está en Ibiza / Instagram

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

Es muy normal que día tras día a un jugador como Neymar le lleguen cantos de sirena desde la élite futbolística para sondearle si sería capaz de dejar el Barça. Sería hacerse trampas al solitario pensar que los futbolistas una vez fichan por un club apagan su teléfono móvil y le piden a su agente que no les nombre palabra alguna del interés de otro club. La inocencia hace tiempo que la perdimos en el mundo del fútbol. De hecho el año pasado ya supimos gracias a una explicación con pelos y señales de su representante Wagner Ribeiro que Neymar Jr. ya había sido tentado por el PSG y no solo con palabras de cariño sino con una oferta económica que incluia participación en una cadena de hoteles y un jet privado. Además de estos ‘obsequios’ dijo una cifra que en ese momento parecía de locura: “40 millones”. Así que sabemos que los franceses no se andan con chiquitas a la hora de tentar a futbolistas.

De hecho, Dani Alves en su presentación ya dejó caer que no era este verano el primero en el que hablaba con el club francés y que finalmente se había podido cerrar en esta ocasión. Así que sabemos que es un club insistente a la hora de hacer llegar ofertas a los futbolistas y que no duda en pujar fuerte por ellos. Además, el PSG juega con una carta que no tienen el resto de clubs sobre la mesa y es que el club francés se haría con los servicios del jugador previo pago de la cláusula, sin tediosas negociaciones. No tendrían que notificar nada al FC Barcelona, tan solo plantarse en la sede de la Real Federación Española de Fútbol, depositar el cheque por el monto de la cláusula de Neymar de 222 millones de euros y llevárselo a París. Aunque bien mirado, no es buen momento para ir con un cheque a las oficinas de Las Rozas.