El indecente caso de Arda Turan

La salida de Arda, indispensable para reordenar el centro del campo del Barça

La salida de Arda, indispensable para reordenar el centro del campo del Barça / Paredes

Toni Frieros

Toni Frieros

Como suele decirse en el argot futbolístico, cuando fichas a un futbolista es como comprar un melón. Hasta que no lo abres no sabes si te saldrá bueno o malo. Y aquí vaticinadores y agoreros se equivocan por doquier... y a partes iguales. El Madrid, por ejemplo, fichó a Kaká siendo entonces el mejor jugador del mundo y su rendimiento, después, fue un desastre. Todos los clubs y secretarios técnicos, sin excepción, tienen ‘muertos’ en el armario. La única discusión es si tienen unos más que otros.

Hay un caso ‘palmario’ en el Camp Nou, el de Arda Turan. El FC Barcelona lo fichó cuando el club estaba en manos de la Comisión Gestora, porque la junta de Bartomeu había dimitido para presentarse a las elecciones de julio de 2015.

Fue una contratación ‘convenientemente’ filtrada por miembros de la junta saliente en tiempo y forma, de ahí que los rivales electorales de Bartomeu, no sin razón, le acusaran de utilizarlo como arma electoral. ¡Arda Turan! Sí, ahora, viendo el rendimiento y comportamiento del turco, nos parece una aberración, pero entonces todos, absolutamente todos, creímos que el Barça había fichado a un crack. El club tuvo entonces el detalle de poner a Turan al teléfono de los medios de comunicación para poder entrevistarle. Era lo que interesaba a todos. Venía para ser uno de los pilares del Barça de Luis Enrique.

Desde entonces Turan no ha hablado ni dentro ni fuera del terreno de juego. Se ha ido diluyendo poco a poco en el equipo como un azucarillo en una taza de café, mostrando una actitud en las antípodas de la que debería tener uno de los futbolistas mejor pagados de la plantilla. Ningún club puede permitirse el lujo de soportar en su nómina a un trabajador tan poco implicado y con un nivel tan bajo de rendimiento y compromiso. Un melón que ha salido malo