Como un pollo sin cabeza

Como un pollo sin cabeza estaba el Barça hace pocos años. Tanto que no se sabía a quién enviar para representrar al club cuando había un acontecimiento público sea en federaciones, en actos de la Fundació, en La Masia o de la FCEscola. Una delegación de directivos o ejecutivos podían acudir a estos acontecimientos pero ninguno era conocido. Hasta el punto que a veces Rexach o Fusté fueron quienes representaron a la entidad, exjugadores que colgaron las botas hace 35 años. Total, un fracaso a nivel de marketing. Era un club sin imagen más allá del terreno de juego, algo que no era aconsejable. Todo lo contrario de lo que marcan los cánones del marketing, que encuentran en el deporte americano su máxima expresión (fila cero...). De la mano de Bartomeu, el club se propuso cambiar esta realidad. El Barça recuperó para un primer plano a Belletti, alcanzó un acuerdo con Cruyff, con Edmílson, con Abidal, con Thuram con sus respectivas fundaciones. Puso en actividad a los Barça Legends, que generan además un movimiento económico, ha fichado a Ronaldinho y está negociando con Rivaldo para reforzar esa idea. Ahora ficha a un director de marca. Queda un largo camino, solo se está en el inicio pero ya es un primer paso.