El adiós de Luis Enrique

Luis Enrique Martínez, entrenador del FC Barcelona, será despedido en los prolegómenos del partido de este domingo ante el Eibar

Luis Enrique Martínez, entrenador del FC Barcelona, será despedido en los prolegómenos del partido de este domingo ante el Eibar / Joan Monfort

Ernest Folch

Ernest Folch

Luis Enrique se despide mañana del Camp Nou y su adiós es también un fiel reflejo de lo que ha sido su era: se va dejando el equipo compitiendo hasta la última jornada pero eludiendo cualquier tipo de protagonismo personal. La prioridad del entrenador blaugrana ha sido, desde el primer momento, ganar. Y mañana no va a ser diferente. Entre su adiós y la posibilidad de ganar un título vital, Luis Enrique prioriza esto último, como ha hecho todos estos años. Con él, no hay espacio para los sentimentalismos ni para la lágrima fácil. A lo largo de este tiempo, no solo no ha concedido ni una entrevista individual, una costumbre que ya implantó Guardiola en su momento, sino que además ha rechazado ir a recoger ningún premio o aparecer en cualquier acto público, y su presencia en redes sociales ha sido nula. Luis Enrique ha bunquerizado su intimidad al máximo y ha conseguido que su imagen estuviera estrictamente relacionada con su actividad profesional. Es cierto que ser entrenador del Barça obliga a una media de más de dos comparecencias públicas por semana, llenas de dificultades, trampas y complejidades, que ya no dejan espacio para mucho más. Y es que a lo largo de estos años nos ha quedado muy claro que ha visto la prensa como un mal necesario o como un trance desagradable que había que superar y que ni él mismo ha terminado de entender del todo. Nunca ha asumido que la relación con los medios forma parte intrínseca de su trabajo, y nunca le ha interesado usarla a su favor, algo que por cierto le ha hecho enseñar una cara agria pero a la vez le ha permitido ser totalmente libre e independiente. Todos estos factores ayudan a entender mejor la despedida de Luis Enrique. Una era gloriosa, con triplete incluido en su primera temporada, se despide mañana del Camp Nou y sin embargo este acontecimiento importante ha pasado sorprendentemente desapercibido. Y es que el primero que ha bajado el tono de la celebración ha sido el propio Luis Enrique, que solo quiere concentrarse en el dificilísimo objetivo de intentar lograr la Liga. El club ha hecho lo único que podía hacer: un tifo en la grada y un vídeo conmemorativo. Luis Enrique se va con su característica austeridad, fiel a sus ideas hasta el final.