El príncepe catarí se sube a un Hummer

No podía ser. El último vencedor del Rally Dakar, Nasser Al Attiyah no podía resignarse a ver la próxima edición desde el sofá de casa. El dorsal 300 que acredita al campeón no iba a quedar desierto este año. “Me ponía enfermo solo de pensarlo”, cuenta este Príncipe catarí, al que la decisión estratégica de Volkswagen de abandonar la carrera más dura del mundo dejó sin coche y sin proyecto para 2012. Al final, casi `in extremis¿, Al Attiyah disputará la prueba, que arranca el 1 de enero en Mar del Plata, a bordo de un Hummer H3 del equipo del estadounidense Robby Gordon y acompañado por el ex copiloto de Carlos Sainz y Nani Roma, el catalán Lucas Cruz, ganador de la edición 2010 junto al madrileño.

El Hummer es, sin duda, uno de los vehículos más espectaculares de la actual generación del Dakar, con motor trasero y apariencia rotunda. La `bestia¿ presenta como mejor resultado en su palmarés el tercer puesto en el podio de 2009, aunque en aquella ocasión, solo los Race Touareg de Giniel De Villiers y Mark Miller consiguieron ser más rápidos que Gordon.

“Me siento feliz de que las cosas se hayan solucionado y estoy orgulloso de poder representar a mi país”, asegura Al Attiyah, que ha decorado su Hummer con los colores y la bandera de Catar. Su objetivo en la presente edición del Dakar es muy ambicioso: aspira a lograr su segundo triunfo consecutivo, algo que solo un piloto en la historia ha conseguido con dos marcas diferentes, Ari Vatanen (1990-91, con Peugeot y Citroën). Además, al Príncipe del desierto no le falta energía para acometer otros proyectos. Sus planes inminentes pasan por el Dakar y el Mundial de rallies, posiblemente como tercer piloto de Citroën, aunque también quiere conseguir la clasificación para competir en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en la modalidad de tiro deportivo.