Tremendo palo para el Espanyol ante el Valencia

El Valencia sumó su octava victoria consecutiva, esta vez a costa de un Espanyol que en la primera parte tuvo contra las cuerdas a los de Marcelino García Toral pero acabó descompuesto tras el golazo de Kondogbia y el regalo de Víctor Sánchez que permitió a Santi Mina dictar sentencia.

El desarrollo del partido dio la razón a los que creen que el fútbol es un estado de ánimo. El Espanyol lo hizo casi todo para provocar la primera derota del Valencia, pero la falta de gol, el gran hándicap del equipo de Quique Sánchez Flores, fue determinante para que el Valencia pudiera capear el temporal cuando peor lo pasaba y llevarse la victoria en dos zarpazos aprovechando el desgaste físico blanquiazul y el 'palo' que supuso el golazo de Kondogbia.

La primera parte fue muy intensa, con dos equipos jugando a velocidad de vértigo. Sobre la media hora, el Espanyol fue una apisonadora y desplegó, posiblemente, el mejor fútbol de la temporada.

La soltura en el movimiento del balón, el intenso ritmo y las entradas constantes por las bandas del Espanyol empequeñecieron a un Valencia totalmente desbordado. Pero el divorcio del equipo blanquiazul con el gol quedó plasmado en remates de Gerard Moreno y Darder que impactaron en el poste.

Tras el descanso, al que se llegó sin alteración en el marcador, el Espanyol siguió apretando, pero al Valencia, sin restarle méritos, todo le sale de cara. Y en una de sus primeras aproximaciones Kondogbia firmó un golazo.

Fue en el minuto 67, pero el tanto supuso un golpe del que el Espanyol ya no se recuperó. El esfuerzo y el buen fútbol del equipo de Quique no encontraba premio y, por si fuera poco, Víctor Sánchez regaló el 0-2 a Santi Mina en una arriesgadísima cesión con el pecho. Fue la victoria de un Valencia en estado de gracia frente a un Espanyol bipolar, que desplegó varias fases de un fútbol sublime... que no le sirvió de nada.