El Alavés derrota al Granada y deja a Jémez contra las cuerdas

El Alavés tiene un plan y el Granada tiene una depresión. El Alavés disfruta sobre el césped y el Granada sufre. El Alavés vuela y el Granada se arrastra. Así se explica, fácil, que el Alavés atropellase en Mendizorroza al Granada.

Y se explica, fácil, porque el equipo de Paco Jémez pasó por Vitoria como un fantasma, sin saber qué hacer y rindiénsose a un rival entregado a la causa y que le pasó por encima. Tal es así que alrededor del Granada empieza a sospecharse que los días del entrenador están contados.

Mauricio Pellegrino dio a entender cuando su equipo asaltó el Camp Nou que donde no llega la lógica puede hacerlo la ilusión. Pero su Alavés ha hecho de la ilusión y la garra una forma de actuar que lleva hasta las últimas consecuencias en cada partido. Y así, trabajando al límite del esfuerzo, se ha plantado en la sexta jornada con una sola derrota y mirando con más ilusión que miedo el futuro.

Para miedo ya está el Granada, donde da la sensación de que nadie sabe cómo actuar y que los errores que le penalizan en ataque le condenan en defensa. Este lunes mantuvo, con suerte, el tipo en la primera parte y consiguió, casi de milagro, reengancharse al partido en la recta final tras el gol de Kravets, pero antes de ello recibió dos goles y un auténtico baño de fútbol.

Mereciéndolo antes, el Alavés no abrió el marcador hasta la segunda parte gracias a Edgar Antonio Méndez, a partir de cuando el conjunto vasco comenzó a dejar en evidencia la pena del andaluz. Camarasa, aprovechando un error monumental de Agbo anotó el 2-0 y en los minutos posteriores el asedio que sufrió Ochoa hizo pensar en una goleada.

De casualidad acortó Kravets y el 2-1 provocó que el Alavés frenase su ímpetu entendiendo la necesidad de asegurar la victoria. Así se explica que la desesperación del Granada le llevase adelante en busca del empate. La justicia, sin embargo, acudió al encuentro del Alavés, que cerró la victoria en tiempo añadido con un gol de Deyverson, aprovechando otro error garrafal de la zaga.