El Barça ya se siente campeón

EL MEJOR MOMENTO. Este Barça es puro espectáculo. Verles jugar es un placer. Parece que están tocados por una varita mágica. Lo de ayer más que un partido fue una exhibición, un festival goleador, una demostración de poderío y fuerza. Divierten a los aficionados y se divierten los jugadores que pasan el momento más dulce de la temporada. No hay rival que se les resista, firman las victorias con auténticos golazos, alcanzan el 81% de posesión de balón, lo que es una barbaridad, una superioridad exultante. El equipo de Luis Enrique ha crecido mucho. Si en la primera vuelta se tuvo que conformar con un empate a cero en Getafe, ayer, en cuarenta minutos, ya había metido una manita de goles a los madrileños. La confianza en sus propias posibilidades es máxima, se sienten campeones cuando solo faltan cuatro jornadas para cantar el alirón. Prueba de ello es que celebran los goles con una alegría contagiosa y crean más ocasiones de gol que nunca. Tanta felicidad es como un sueño maravilloso. Messi, Suárez y Neymar marcan goles por un tubo. Bravo va directo al Trofeo Zamora como el portero menos batido. La enfermería está vacía. Las rotaciones de Luis Enrique funcionan ya que juegue quien juegue mantiene un nivel de excelencia fantástico. Si el estado de gracia actual se alarga un mes más, el triplete puede ser el premio más justo.

RECOMPENSA A LUIS ENRIQUE. Luis Enrique puede estar orgulloso de su trabajo. Los resultados le están dando la razón y esto en el mundo del fútbol es palabra de Dios. Ha tenido más problemas de los que han trascendido, ha sufrido momentos complicados y muchas veces se ha sentido incomprendido. Pero todo lo puede dar por bien empleado por estar donde está. Su equipo ha llegado al momento culminante de la temporada en mejor forma que los rivales. La condición física es tan buena que presionan los noventa minutos. Da descanso a Piqué y Mascherano sin que se note. Consigue que Xavi juegue como un chaval que no tiene DNI. Dosifica a Iniesta con inteligencia. Deja que el tridente se divierta y lo mantiene en el campo para que nadie se disguste. Respeta la jerarquía de Messi que por algo es quien lleva más galones. Encaja a Luis Suárez como delantero centro cuando esto parecía un pecado en el Camp Nou. Saca el máximo partido a Neymar que es mucho mejor que cuando llegó. Nadie discute ya al entrenador, su papel ha sido clave para mantener la regularidad.