Sobre el problema que Luis Enrique tiene con Messi

UNA DECISIÓN TRASCENDENTAL. El mayor disgusto que Guardiola tuvo en su primera temporada en el banquillo del Barça fue el día que decidió sustituir a Messi minutos antes de que finalizara un encuentro en el Camp Nou. Lo hizo para que los aficionados le brindaran una merecida ovación pero al llegar al vestuario se encontró con un futbolista cabreado y que no le miraba a la cara... Pep, que por aquel entonces hablaba con los jugadores tras los partidos, le preguntó qué le pasaba y le explicó los motivos del cambio. Leo parecía no entender nada y le dijo a su entrenador: “Míster, yo quiero jugar siempre, hasta el último segundo”.  

LAS DUDAS DE LUIS ENRIQUE. El sábado, tras el partido contra el Granada, Luis Enrique confesó que estuvo a punto de sustituir a Leo pero que al final decidió que jugara hasta el final. Explicó que el hábitat natural de Messi es el terreno de juego, que está en plena forma y que sabe dosificarse... En definitiva, el problema de siempre... Eso sí, bendito problema. El único jugador que no entra nunca en la rotaciones es Leo. A priori, tener al mejor futbolista del mundo siempre dispuesto a jugar es lo mejor que le puede pasar a un entrenador pero si no le da descanso habrá que ver cómo llega a final de temporada. El dilema, o problema, es el mismo que tuvieron en su día Pep, Tito y Martino. Ninguno de los tres lo resolvió con nota. Ahora, le toca a Luis Enrique. Veremos qué táctica utiliza...