¿Y si contáramos más con Xavi?

FALTÓ CONTROL. No es buena señal que el Barça de Luis Enrique pierda contra el primer rival de entidad al que se ha enfrentado, pero tampoco es algo extraordinariamente alarmante... de momento. Miren, este equipo está todavía en fase de formación y de adaptación a un nuevo entrenador y a un nuevo sistema. Ha cambiado el portero, los centrales y el cerebro organizador. Y no están dos futbolistas como Cesc y Alexis, que tuvieron su importancia en los años anteriores. Con gran parte de la columna vertebral alterada (solo se salva Messi) y el banquillo con menor fondo de armario, es evidente que hay que dar un mínimo margen de confianza para que el entrenador consiga juntar sus ideas con las piezas que usa en el campo. Otra cosa es que equivocándose en las ideas, no consiga finalmente un equipo competitivo, pero esto está aún por ver.

Por lo visto ayer en París, al equipo le faltó control y de ahí vinieron todos los males. No se puede decir nada de la actitud de los jugadores, ni muchísimo menos de la de sus cracks, Messi y Neymar, que marcaron los goles e hicieron creer al equipo en una reacción que, lamentablemente, no se consumó. El problema estuvo en el centro del campo, que no supo marcar el tempo del partido ni dominar a su rival. Muchos balones perdidos que cogieron a la defensa a contrapié y así no hay sistema defensivo que aguante. Si la medular no protege, la zaga sufre. Tres goles sin Ibra en el PSG dan para reflexionar. Y como siempre ocurre cuando un equipo pierde, los mejores son los que no juegan. No quisiera caer en lo fácil, pero es que cada vez tengo más claro que Xavi será muy difícil de sustituir, por no decir imposible. Ese control que nadie como él sabe dar al partido fue lo que más se echó en falta. Y teniéndole a mano, una reflexión obligada es pensar en él también para los partidos grandes.