Tiger Woods, la difícil reconstrucción del número 1

Tras quince meses de ausencia, Tiger Woods volvió a encontrarse con los greens en ‘su’ torneo, el Hero World Challenge disputado en el campo de Albany (Bahamas) y si bien es cierto que el exnúmero uno del mundo estuvo lejos de su mejor forma –acabó decimoquinto (de 18 participantes), a 14 golpes del vencedor, el japonés Matsuyama-, demostró que su vuelta ya es un hecho. ‘El Tigre’ ha vuelto para quedarse y, lo que es más importante, para regresar a la elite mundial, informó AFP. 

Tiger vuelve a ser feliz. “Lo que he tenido que sufrir para regresar a la competición es, con mucho, lo más difícil de mi vida”, admitió después de haber pasado un rosario de lesiones, varias veces por el quirófano y, antes que eso, sus líos extramatrimoniales que se convirtieron en un ‘culebrón’ de gran audiencia en los Estados Unidos.

“Ha pasado por un terrible sufrimiento, sobre todo, cuando era consciente que apenas me podía mover. Sí, lo admito, pasé miedo. Mucho miedo”, recordó el ex número uno del mundo, que fue intervenido quirúrgicamente en tres ocasiones entre 2014 y 2015.

Los aficionados al golf pueden respirar aliviados. Durante la semana que pasó en el lujoso valle de Albany, no sintió molestias en su espalda. Incluso en más de una ocasión mostró destellos de su genialidad, aquel talento innato que le llevó a ocupar 683 semanas la cima del mundo y cosechar 79 títulos, incluyendo 14 de Grand Slam.

El genio está de vuelta

Como era de esperar, el golfista más famoso en el mundo, reconocido internacionalmente por su determinación en la búsqueda de la perfección de forma casi patológica, no volvió a ‘cuadrar’ sus estadísticas como solía, pero sí lanzó un mensaje al mundo: Está de vuelta; todo lo que ocurra de ahora en adelante será a mejor. “Si yo creyera que no estoy en condiciones, no hubiera vuelto a escena. Me siento muy orgulloso de todo lo que he hecho durante este difícil proceso y, también, en este mi primer torneo después de tantos meses de parón”, dijo con firmeza.

Después de estar 466 días alejado de la competición –su última temporada exitosa fue en 2013- la posibilidad de superar las gestas de  Jack Nicklaus (18 victorias en Grand Slam) o incluso de Sam Snead (81 títulos de la PGA) parece más alejada. Para el 2017 se ha fijado un único objetivo: jugar una temporada completa,lo que alternará con intensas jornadas de preparación física

"Voy a tener que ser inteligente y me tomaré un par de semanas para definir mi calendario para el año 2017 con mi equipo", explicó Woods, que ocupa el puesto 898 de la clasificación mundial.

"Hacer las cosas de manera diferente"

"Está claro que no puedo hacer las cosas como antes. Cuando empecé, tuve una de las agendas más apretadas del circuito; en la actualidad hay 50 jugadores que le pegan a la bola más lejos que yo, pero eso sólo significa que tengo que hacer las cosas de manera diferente ", insistió Woods, cuyo último gran título fue el Abierto de Estados Unidos de 2008.

"No puedo correr 30 millas (48 km) a la semana como hacía antes. Es una simple cuestión de edad. Además, me han operado la rodilla en cuatro ocasiones. Ahora debo pasar por las manos del fisioterapeuta dos o tres horas diarias, además de someterse a baños de hielo ", reveló.

En su ausencia, la clasificación mundial se ha visto alimentada por la aparición de sus compatriotas Jordan Spieth y Dustin Johnson y del australiano Jason Day. La competencia se ha multiplicado, como  lo demuestra el hecho de que en la temporada 2016 los cuatro títulos principales fueron a parar a manos de cuatro jugadores diferentes, que nunca antes habían ganado en torneos de ese nivel.

Pero Woods, "sorprendido" por las muestras de cariño que recibió de sus rivales durante su ausencia y ya recuperado, se declaró inmensamente satisfecho: “Amo la competición, estoy feliz de volver a jugar", recordó. "Sé que ganar me llevará tiempo, pero lo intentaré. Y no descarto todavía hacerme con un nuevo ‘Major’. ¿Por qué no?", se preguntó en voz alta.