La lesión de Diego Costa, al detalle

El doctor Juan Pablo Oglio de la Unidad del Dolor de Clínica Mi Tres Torres nos informa sobre las discopatías cervicales

El delantero del Atlético, lesionado

El delantero del Atlético, lesionado / sport.es

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El Atlético de Madrid informó el pasado jueves de la lesión que sufre el delantero Diego Costa: una "hernia discal cervical" que puede dejarle hasta tres meses fuera de la competición. Ayer se informaba que Costa será operado este mismo jueves de esta lesión cervical, con un posible implante.

El doctor Juan Pablo Oglio, anestesiólogo de la Unidad del Dolor de Clínica Mi Tres Torres, nos explica que “la hernia de disco cervical se produce cuando degenera un disco intervertebral, y se acaba rompiendo por un punto de su circunferencia. Su contenido sale y presiona sobre una raíz nerviosa cervical”.

A pesar de ser una patología muy poco frecuente en futbolistas, sí que se ha observado “una mayor incidencia de discoartropatía cervical a través de pruebas radiológicas”, afirma el doctor Oglio. Según el especialista, “todo ello se atribuye a las cargas e impactos repetitivos sobre la columna y cervicales que recibe el futbolista. Al dar cabezazos con el balón, se fuerzan las estructuras musculares y osteoligamentosas cervicales”.

El estrés repetido sobre las cervicales puede conllevar desde una simple contractura, hasta hernias de disco u osteofitos, que provocan una compresión medular o de las raíces nerviosas. Al sufrir una hernia discal, los deportistas suelen sentir un dolor intenso en el brazo y en el cuello, con menor o mayor intensidad. Incluso puede causarles “sensación de hormigueo o pérdida de fuerza en dicha extremidad”, asegura el doctor Oglio.

El tratamiento inicial de estas lesiones suele ser conservador, combinando una correcta rehabilitación con tratamiento analgésico y neuromodulador. Así se consigue una mejoría entre el 60-90% de los casos. Por ejemplo, el doctor Oglio explica que la experiencia de la Unidad del Dolor de Clínica Mi Tres Torres confirma que se consiguen “grandes mejoras mediante tratamientos infiltrativos con corticoides o PRP a nivel epidural, o terapias intradiscales”.

La cirugía, como parece que acabará siendo el caso de Costa, se reserva para aquellos casos en los que el tratamiento conservador no es satisfactorio, hay un deterioro neurológico rápido o un dolor no controlado. En cualquier caso, según el doctor Oglio “el tratamiento debe ser individualizado y buscando la mejor alternativa para la pronta recuperación y vuelta al terreno de juego”.