CULESAN

Florentino, el 'gran ventrílocuo' de la caverna

Albert Lesán

es curioso ver entrevistas a Florentino Pérez en programas de televisión promadridistas y no leer ni un solo mensaje de texto ni de Twitter contrario a la gestión del "gran ventrílocuo". El presidente del Madrid tiene, en esos formatos, bien atadas las cuerdas de los títeres y nadie se atreve a cuestionarle, no vaya a ser que desaparezca del circo mediático. Por desgracia el periodismo de calidad no es rentable. Hace ya muchos años que el pésimo sueldo que reciben la mayoría de profesionales rigurosos y objetivos hace que deban acudir a determinados programas para percibir ese sobresueldo que les permita alimentar a sus familias. La mayoría mantienen la dignidad en las tertulias show pero unos pocos dejan que el personaje fagocite al periodista. Desaparece el redactor y entra en escena la bestia televisiva. Ese superhéroe catódico gana mucho dinero. Es fácil transformarse: primerísimo primer plano; cara de perro rabioso; aullido anti culé siempre que alguien diga algo bueno del Barça; pantomima escénica intentando reproducir jugadas conflictivas; ex-árbitros al servicio del Florentinismo; críticas a los colegiados siempre que ganen los blaugrana o pierdan los merengues; campañas de desprestigio hacia los astros culés... Cualquier cosa es válida para desviar la atención. Prohibido hablar de lo gastado por el "gran ventrílocuo" y lo poquísimo ganado. Mourinho era un paraguas perfecto para que todos creyéramos que el malo era el portugués. Él y sólo él generaba polémica y debate pero resulta que el luso ya no está en el Madrid y el movimiento cavernario está más agitado que nunca. Todos sabemos quién pone la mano detrás de la espalda de los teóricos profesionales de la información. Bajo esas gafas antiguas y esa sonrisa forzada se esconde el auténtico director de esos programas que todos conocemos. Prohibido hablar mal del "gran ventrílocuo", en la caja del mandatario hay muchos muñecos esperando su oportunidad.