LA PAÑOLADA

En el nombre de Andrés

Iniesta nunca se fue

Iniesta nunca se fue / sport

Ernest Folch

De vez en cuando hay jugadas que son una declaración. En el minuto 13 del pasado miércoles, Andrés Iniesta se puso en movimiento y justo en aquel instante el mundo se paró. Solo corría él. Por el camino, congelados, iban cayendo como vulgares muñecos Cabaye, Cavani, Verratti y David Luiz. Neymar entendió el momento y dejó la jugada donde  se merecía: al fondo de la red. En realidad, no sabremos nunca si Iniesta iba lento o rápido, simplemente porque juega en otra dimensión del tiempo, donde todo sucede en paralelo. Es probable que el arrebato de pasión que le sobrevino en esta maravillosa cabalgada sea más un recado que una sencilla jugada. De repente, el tímido Iniesta era un vendaval y por una vez había decidido que llevaría personalmente la pelota a los pies de un delantero, sin intermediarios ni pases superflúos. Esta vez el gol lo fabricaría personalmente él, del inicio al fin: fue seguramente en medio de la jugada cuando decidió que iba a completar la conducción de su vida. El objetivo no era ganar el partido, que por supuesto quedó decidido tras esta jugada que abrió en canal al PSG y lo dejó fuera de combate, sino lanzarnos una advertencia que decía así: respetadme. En esta temporada con dificultades extremas que no salen en ninguna estadística, don Andrés ha tenido que volver a sembrar el medio campo donde había crecido, ha visto como le enviaban a extrañas expediciones por la banda y se ha visto obligado a soportar más de un exabrupto impaciente. En su afán de pasar página del viejo estilo y de cualquier cosa que huela a pasado, algunos han querido retirarle antes de tiempo, eso sí, con el fracaso previsible. Don Andrés no ha vuelto simplemente porque nunca se fue: quizás sólo estaba escondido a la espera que lo volvieran a readmitir los que le habían jubilado. Vale la pena volver al minuto 13 del miércoles y leer el mensaje que Andrés nos dejó entre líneas. Respetémoslo. Es decir, respetémenos. En el nombre de Andrés.