La soledad de los arquitectos del mejor Barça

Renovaciones de Jordi Alba y Pedrito, fichaje de Aleix Vidal para rellenar el único hueco que queda, triplete majestuoso, despedida celestial al mítico Xavi y convocatoria de elecciones. Josep María Bartomeu se despedirá hoy convirtiéndose en precandidato, anunciando superávit y, fijo, un nuevo contrato con Nike y Catar, que dejará en manos del próximo presidente.

Solo dos conferencias de prensa explosivas, que no se producirán, podrían agrietar este brillante cierre de temporada. La de Luis Enrique, que ya veo que nunca se realizará, pues igual un día de estos nos enteramos por twitter que se va o pone el año de contrato que le queda en manos del futuro presidente; y la de Andoni Zubizarreta, que mantendrá sellados sus labios porque, aunque ‘Barto’ le destrozó el alma, que no el corazón que sigue latiendo en azulgrana, jamás dirá una palabra más alta que otra.

De esta forma tan medida y calculada, Bartomeu desaparecerá del teatro de los sueños y empezará a preparar la campaña electoral tras haber alcanzado los mayores logros deportivos, sin que nadie le echase en cara (bueno, sí, Luis Enrique: “ahora soy más débil”) haber despedido a los tres diseñadores de una de las mejores plantillas de la historia: Andoni Zubizarreta, Narcís Julià y Albert Valentín. Ellos son los únicos perdedores de esta triunfal temporada. Ellos son a los únicos que un Bartomeu asustado, muy asustado (él dice que solitario, ¡mentira!, los tenía a ellos de su lado pero los despreció), les birló el que era uno de sus más hermosos sueños: la noche del Olímpico, la resaca de Berlín, la rúa de Barcelona, la fiesta iluminada del Camp Nou.

Ni siquiera ahora que desde Luis Enrique a Xavi, pasando por Puyol, han reconocido el providencial trabajo realizado por el trío de la secretaria técnica, ‘Barto’ ha tenido a bien reconocer su error. Perdieron Chelsea, MCity, MUnited, Arsenal, PSG, Bayern de Múnich, Real Madrid y Juventus y ahí siguen sus directores deportivos. ‘Tricampeonó’ uno de los mejores Barça de la historia y sus arquitectos fueron enviados al paro en un ataque de miedo de su presidente. Así se escribe la historia en ‘can Barça’.