sobre el terreno

Yo sí creo ciegamente en Alonso y Nadal

El tenista español Rafa Nadal

El tenista español Rafa Nadal / sport

Emilio Pérez de Rozas

Dos enormes estrellas, dos grandiosos deportistas, dos modelos, dos ejemplos, dos jóvenes tremendamente particulares, dos máquinas explosivas que, a lo largo de todos estos años, han estado tirando, cierto, junto a otros muchos jóvenes españoles, del deporte español, están atravesando momentos complicados, delicados, difíciles.

Y los dos tienen la sensación de que se recuperarán aunque en este país donde no tardamos ni cinco minutos en empezar a dudar de todos y de todo, ya hemos empezado a decir, a escribir y pronosticar que Rafael Nadal y Fernando Alonso están acabados. Cuando, lo que deberíamos de estar diciendo y recordando no es solo todo lo que han ganado (ya quisieran para ellos miles de deportistas de élite de todo el mundo su palmarés) sino cómo lo han ganado y el ejemplo que han significado y siguen dando con su comportamiento impecable fuera y dentro de la pista.

Lo que han hecho hasta la fecha estas dos estrellas del deporte español y mundial es suficiente para que sigamos confiando en ellos entre otras razones porque si todo el mundo continúa considerándolos de los mejores y capaces de las mayores gestas en cuanto remonten su mejor forma, nosotros no somos nadie para dudar de esa posibilidad.

Cierto, probablemente no tiene nada que ver el estado de Alonso con el de Nadal. El bicampeón asturiano depende, demasiado (pero no ahora, siempre) de la mecánica, mientras que el campeonísimo mallorquín ha demostrado, a lo largo de las últimas dos décadas, que todo, todo, depende de su fuerza, física y mental. De ahí que tanto la recuperación de uno como la del otro puedan tener pautas muy distintas, ya que mientras Alonso debe fiarlo todo a la apuesta (muy criticada, pero defendible) de confiar en McLaren (una escudería campeona) y Honda (una fábrica líder), Nadal ha de resetearse tanto física como mentalmente, pues ahí, en su cabeza, es donde radica toda su fuerza.

No seré yo quien dude de estos dos monstruos de la naturaleza, de estos dos auténticos embajadores del deporte español, dos de los deportistas más elogiados por la crítica mundial que, en horas bajas, siguen considerándolos un modelo.