Copa del Rey 1987-88

La Copa del Rey de 1988 mantuvo al Barça en Europa

El FC Barcelona de Luis Aragonés ganó la final de la Copa de 1988 a una Real Sociedad repleta de futuros blaugrana

La Copa del Rey de 1988 mantuvo al Barça en Europa

La Copa del Rey de 1988 mantuvo al Barça en Europa / sport

JUAN MANUEL DÍAZ

El Barça conquistó su 21ª Copa del Rey cinco años después y, como en aquella ocasión, el éxito sirvió para minimizar los daños de una temporada desastrosa. Pese a todo, el final del curso 1987-88 implicó también el final de una etapa y el inicio de una nueva era: la de Johan Cruyff y el Dream Team.

Pero esa nueva era se inició a partir del 30 de junio de 1988. Y durante los doce meses anteriores se escenificó el ‘hundimiento blaugrana’.

LUIS POR VENABLES

Luis Aragonés se hizo cargo de la plantilla tras la destitución de Terry Venables en la quinta jornada de Liga. El equipo estaba en tal estado de descomposición que acabó sexto en la Liga y la Copa se convirtió, no solo en la única opción de título, sino también en la última vía para conseguir una plaza europea –para disputar la Recopa- y no romper una tradición que perdura hasta hoy día: el Barça es el único club que no ha dejado de participar en alguna competición continental desde 1955.

En esta edición del torneo del K.O. se volvió a las eliminatorias a doble partido y los equipos de Primera entraron en competición en dieciseisavos de final.

El primer rival fue el Real Murcia. Aunque el Barça atravesaba un muy mal momento, dio cuenta del conjunto pimentonero con un 2-0 en el Camp Nou más trabajado de lo que aparenta el resultado (goles de Víctor Muñoz en el 78’ y de Paco Clos en el 89’) y un más claro 0-3 en La Condomina. De nuevo Víctor (14’), el ‘Lobo’ Carrasco (32’) y Schuster (50’) fueron los autores de los tantos.

DERBI CONTRA EL ESPANYOL

En octavos de final, doble derbi barcelonés frente al Espanyol. Aunque Carrasco falló un penalti (6’) y Miquel Soler (13’) adelantó a los blanquiazules, el Barça se acabó imponiendo en Sarriá por 1-3 gracias a Carrasco (20’), Víctor (32’) y Roberto (91’). La vuelta en el Camp Nou, disputada el Día de Reyes de 1988, fue lamentable. Sólo es reseñable el gol de Schuster en el minuto 69, que significó el 1-0.

Los cuartos de final, frente a un Segunda División, el CD Castellón. Para un Barça enfermo, fue un buen paliativo para mantenerse con vida en la Copa. En Castalia se dejó empatar (1-1) pese a que Víctor Muñoz había logrado el 0-1 a los 13 minutos. Durante el partido de vuelta, el Camp Nou pareció desierto, con apenas diez mil espectadores. Además, el segundo entrenador, Carles Rexach, tuvo que suplir a Luis Aragonés, de baja unos días por estrés. Roberto (33’) y Schuster (64’) liquidaron a los castellonenses con un 2-0.

OSASUNA EN SEMIFINALES

Llegó el turno de las semifinales, ante Osasuna. Aragonés, consciente de que su equipo estaba muy justo de furezas y previendo un partido muy físico y disputado –Osasuna había ganado en el Camp Nou una semana antes 0-1 en el duelo liguero- dejó en Barcelona a Lineker y Schuster. Al resto de la plantilla le tocó lidiar en El Sadar con un correoso Osasuna.

El 0-0 de la ida abocó al Barça “al partido más importante de la temporada”, en palabras de Luis Aragonés. Si el Barça no llegaba a la final, decía adiós a sus opciones europeas a tres meses del final de temporada. Por fortuna, no fallaron sus jugadores y Clos (24’) y Lineker (44’ y 85’) firmaron un 3-0 que podría haber sido más holgado si se hubieran señalados dos penaltis en el área de Osasuna y el colegiado no hubiera anulado un gol legal.

POR PRIMERA VEZ, 'OUTSIDER'

En cualquier caso, el Barça ya estaba en la final aunque su rival, la Real Sociedad, que esa temporada acabó la Liga en segunda posición, era clara favorita. De hecho, sólo se desplazaron a Madrid unos cuatro mil barcelonistas, por 30.000 donostiarras.

Luis Aragonés, un especialista en motivar a sus plantillas además de un excelente técnico, obró el milagro. Ya había advertido que en San Sebastián e incluso en Barcelona se estaban equivocando en dar por muerto a su equipo.

Luis armó un equipo repleto de veteranos y que utilizaron una de las armas favoritas del ‘Sabio de Hortaleza’, el contrataque. En un duelo muy táctico, fue un defensa, el capitán José Ramón Alexanko, el que encontró el camino del gol a los 61 minutos. El portero Luis María Arkonada repelió un disparo de Lineker y ‘Talin’ empujó el rechace a la red.

EL TÍTULO NO TRAJO LA PAZ

El título de Copa no llevó la paz al Barça. La plantilla estaba enfrentada con la directiva por las diferencias con los contratos de imagen y el pago de impuestos y multas a Hacienda. Así, el 28 de abril, con los capitanes a la cabeza y respaldada por Luis, la plantilla blaugrana protagonizó ‘el Motín del Hesperia’, reclamando la dimisión del presidente Josep Lluís Núñez.

Al final de temporada, 14 de los 26 jugadores fueron despedidos junto a Aragonés y otros seis futbolistas que estaban cedidos. Sobre las cenizas de aquel equipo se edificó el Dream Team. No por casualidad, entre los fichajes llegaron tres jugadores de la Real Sociedad, los excelentes López Rekarte, José Mari Bakero y Txiki Begiristain. Pero esa es otra historia.

Estas son unas imágenes de aquella <strong>final de la Copa del Rey</strong>: