Carrasco revolucionó la final pero se quedó sin premio

Su entrada tras el descanso, revolucionó la final de la Champions League entre Real Madrid y Atlético. El extremo belga, un auténtico diablo, trajo de cabeza a Carvajal -hasta que se lesionó- y a Danilo hasta que marcó el tanto del empate que forzó la prórroga.

Fichado del Mónaco por unos 16 millones de euros el pasado verano, el extremo es uno de los estiletes del Cholo Simeone, que lo escogió como primer cambia para ejercer de revulsivo de un equipo que estuvo contra las cuerdas en la primera mitad.

Un Atlético desconocido, timorato y débil, no sabía jugar con el marcador en contra y corría el riesgo de perder la final si encajaba un segundo gol. Máxime después de fallar Griezmann el penalty que podría haberle dado el empate tras salir del vestuario con aire renovado.

Pese a ese lanzamiento al travesaño, los rojiblancos no se hundieron y Carrasco fue su hombre más peligroso cabalgando con velocidad y criterio por la banda izquierda. Y en el minuto 79, cuando todo parecía perdido, el belga remachó a gol un centro de Juanfran. Remató con fuerza, con rabia y agarrado por un Lucas que seguramente le hizo penalty.

También en la prórroga Carrasco fue uno de los mejores, pero ya no pudo generar una ocasión que significara darle la vuelta al marcador. Eso sí, en una de sus cabalgadas, Sergio Ramos le hizo una falta muy fea que significó la amarilla al madridista.

Con empate, se llegó a los penalties y el desenlace fue dramático para los de Simeone que vieron que con el fallo de Juanfran se marchitaban todas sus esperanzas en una tanda en la que Carrasco no participó.