El drama del Nápoles

El Nápoles de Maurizio Sarri no ha comenzado con buen pie. Es difícil olvidar a quien se marchó en verano, sobre todo porque Higuaín es el máximo anotador de la Juventus con siete goles, mientras Milik sigue lesionado y Gabbiadini no termina de romper. 

Arkadiusz Milik llegó a San Paolo para cerrar las heridas de la afición y rápidamente ilusionó. Por desgracia, sufrió una rotura del cruzado de la que fue operado el pasado 10 de octubre. El miércoles pasó revisión y el doctor Marini calculó su vuelta para dentro de cuatro meses.

Milik espera volver en primavera, pero quizá será tarde para un Nápoles que anda sexto. Los datos son contundentes: en Serie A solo han ganado dos de cinco partidos sin el polaco y en Champions han cosechado un empate y una derrota.

Gabbiadini era el sustituto natural de Milik, pero aún no ha sacado lo mejor de sí mismo y ha anotado solo un gol en Liga. Sin tener en cuenta la expulsión ante el Crotone que provocó su ausencia contra la Juve, su rendimiento está siendo cuestionado.

El ‘Daily Star’ lo coloca en órbita del West Ham, en un posible trueque con Zaza y, en España, aumentan los rumores de que Cesare Prandelli lo quiere para el Valencia. 

Vista la productividad de Gabbiadini, puede tener abiertas las puertas de cara al mercado invernal de fichajes. A Sarri no le sobran delanteros, pero necesita soluciones en ataque. Antes de que se abran las pujas, Gabbiadini tendrá ocho partidos en los que se lo jugará todo. Renovación o despedida. El presidente del Nápoles, De Laurentiis, sigue esperando a que su pupilo acabe de romper.

Con semejante panorama y a la espera del mercado, al conjunto partenopeo no le está quedando otra opción que encomendarse a Callejón, Mertens e Insigne.

Además, Sarri siempre recurre al coraje y los goles de Hamsik, capitán del equipo y líder sobre el césped. Los que mejor resultando están dando son Callejón, Mertens y Hamsik. El español lleva siete goles y tres asistencias por los tres goles que llevan tanto el belga como el eslovaco. El equipo, sin embargo, sigue echando en falta la figura de un ‘killer’.