Messi deja las muletas

El regreso de Leo Messi se ha convertido prácticamente en una cuestión de estado en el FC Barcelona. Tener al mejor jugador del mundo en el dique seco casi dos meses es un precio demasiado caro que puede acabar penalizando al equipo de cara al resto de temporada. En principio, aún quedan como mínimo seis semanas para que el crack argentino regrese a los terrenos de juego, por lo que la travesía en el desierto todavía no ha hecho más que empezar. La derrota ante el Sevilla, tras dos triunfos por la mínima (Las Palmas y Bayer Leverkusen), han dejado bien patente la dependencia que tiene el equipo en Leo Messi.

Su recuperación está cumpliendo a día de hoy a rajatabla con los plazos previstos. <strong>El delantero dejó este domingo las muletas e iniciará este lunes mismo la segunda fase de rehabilitación.</strong>

<strong>Hay que recordar que Messi se lesionó el pasado 26 de septiembre ante Las Palmas</strong>, diagnosticándole una rotura del ligamento lateral interno de la rodilla derecha y un tiempo de recuperación entre siete y ocho semanas. Pues bien, tras una semana con la rodilla inmovilizada, el delantero aparcará las muletas para iniciar un trabajo más intensivo de fisioterapia.

Por ahora no está previsto que se incorpore el recuperador de la selección argentina y persona de máxima confianza, Luis García, ya que el trabajo de rehabilitación lo realizará con el fisioterapeuta Roger Gironés. En estas dos próximas semanas se trabajará de forma intensiva con el objetivo prioritario de acondicionar la rodilla del jugador para que pueda empezar a realizar carrera continua en el plazo de unos quince días.

Será a partir de aquí cuando posiblemente viaje a Barcelona el fisioterapeuta de confianza de Messi para entrar de lleno en la tercera fase de rehabilitación y posiblemente la más importante: el acondicionamiento para la incorporación en la dinámica de trabajo de grupo.

<strong>Esta tercera fase sería de dos semanas más como mínimo.</strong> Así pues, nos estaríamos plantando ya en seis semanas, por lo que solo le faltaría una semana más para coger el ritmo de entrenamientos y poder entrar en las convocatorias.

En cualquier caso, Messi es consciente que pese a su ansiedad por regresar al equipo no puede precipitarse en su recuperación porque este tipo de lesiones son muy traicioneras y una recaída podría ser fatal para sus intereses.