El Barça B se deja igualar un 2-0

Sería injusto afirmar que cualquiera de los dos mereció la victoria. Peleó el Girona para dejar atrás sus convulsas semanas y la sombra de los puestos de descenso. Y se entregó el Barça para superar su particular 'virus FIFA', el que le mermó de su defensa titular al completo por los compromisos de la sub-21.

Pero de la necesidad, los dos equipos hicieron virtud. Apañada una defensa poco habitual y una delantera parcheada, el Barça fue el menos Barça de lo que va de curso, un equipo no tan preciso y más belicoso, en el que emergió un Rodri que nadó como pez en el agua. No sin que el Girona opusiera resistencia. Dominaron los de Agné la primera media hora, comandados por unos Jandro, Tébar y Garmendia hipermotivados. Algo que no evitó que, en la primera aproximación, los azulgrana inauguraran el marcador.

Fue en las botas del adrenalínico Rodri, ese que a los tres minutos ya se había jugado la expulsión con una entrada tremenda y unas manos en el área que el árbitro amonestó con amarilla. Ese Rodri tan necesitado de goles ante las dudas que genera su fichaje que celebró el primer tanto como si la vida le fuera en ello. A los doce minutos, el sevillano empalmó un centro que blocó un defensa rival en el área chica, pero el mismo jugador no desaprovechó el rechace posterior (1-0).

Un golpe para el Girona, que había atisbado el mismo horizonte que le hizo derrotar al líder la pasada jornada. Pero un gol anulado a Carmona (m.18) avisó de lo que estaba por llegar minutos después. Moha cayó en el área local y, mientras los gerundenses reclamaban penalti, el Barça armó un contragolpe equino en las botas de Deulofeu. Desde su propio campo, la joven perla de La Masia se lanzó a una cabalgada a la velocidad del neutrino hasta el área rival. Ahí se zafó de un defensa y habilitó de nuevo a Rodri (2-0, m.32).

Parecía todo visto para sentencia, con un filial que empezaba a rodar y el Girona noqueado. Pero se equivocó el Barça si le daba por muerto. La reacción gerundense la abanderó Benja, que tras robarle la cartera a Sergi Gómez, batió a Oier por la sotana (2-1, m.58).

Ante los continuos zarpazos visitantes, Eusebio reaccionó y puso sobre el tablero a los amenazantes Tello y Rafinha, últimos debutantes con el primer equipo. Pero no se amedrentó su rival, que empató en las botas de Corominas (2-2, m.78), tras un disparo de un Nieto que parecía estar en fuera de juego. Descontrolado ya el partido en sus últimos compases, Soriano estrelló un disparo en el travesaño, Jandro marró un mano a mano con Oier y Tello hizo lo mismo ante Santamaría.