El técnico sigue agitando el centro del campo para explotar sus virtudes

La 'anarquía' de Tito tampoco recupera al mejor Cesc

El jugador se ha mostrado muy irregular pese a que el entrenador le ha concedido mayor libertad de movimientos

T. Andreu

Tito Vilanova no cesa en su empeñó por dar con la llave maestra que permita a Cesc Fàbregas sentirse cómodo sobre el terreno de juego y desplegar el enorme talento que le llevó del Emirates Stadium al Camp Nou tras pagar una fortuna. Durante toda la pretemporada, técnico y jugador han reiterado mensajes optimistas destacando la necesidad de reubicar al de Arenys en un sistema de juego donde pueda sentirse a placer. Pep Guardiola destacó en su día que “la anarquía de Cesc podía ir muy bien al Barça”, meses después Tito trata por todos los medios de recuperar la frescura que el jugador catalán perdió en el segundo tramo de la pasada temporada.

El problema está detectado y nadie lo esconde, pero las soluciones todavía se echan de menos. El Cesc omnipresente y goleador que maravilló a su llegada a Barcelona acabó diluido y maltratado por los continuos problemas físicos. Ese centrocampista con enorme llegada y perfectamente asociado a Leo Messi dejó paso a un jugador desencantado. Unos y otros lo achacan a los ajustes tácticos en estricto beneficio del colectivo. Pep se sacó de la chistera un rombo idóneo para Cesc pero cuestionable para el equipo y Tito tiene la obligación de reinventar un dibujo que dé cabida al futbolista más genuino.

El cuerpo técnico trabaja en su recuperación. En los tres partidos oficiales disputados hasta la fecha, Tito ha retocado la posición de Cesc hasta la saciedad. Titular frente a Osasuna, fue la pareja de Xavi y asumió el papel de Iniesta con mucha mayor libertad para abarcar espacio en el centro del campo y llegar en la medida de lo posible a la frontal del área. Dentro de la política de rotaciones, la Supercopa de España le relegó al banquillo y solo entró en escena unos minutos para aportar oxígeno. La nota preocupante se produjo en Pamplona. Ahí sustituyó a Xavi con el reto de coger la dirección del equipo. Salta a la vista que Cesc, como la mayor parte de sus compañeros, no rayaron a su mejor nivel. El bloque hizo aguas en muchos momentos y a los técnicos no les quedó más remedio que aplicar soluciones drásticas. Poco después de la media hora, el exjugador 'gunner' estaba camino de la ducha.

Queda trabajo por delante, pero existe el convencimiento que la plena adaptación de Cesc solo es cuestión de tiempo. En primer lugar porque el catalán se encuentra físicamente en un momento envidiable y, lo más importante, porque el vestuario está convencido que su dinamismo es imprescindible para el centro del campo. El Barça necesita de un futbolista con talento, enorme visión de juego y llegada desde la segunda línea, y ése no es otro que Cesc Fàbregas.

Tito Vilanova no está preocupado y Cesc, por ahora tampoco. Solo se han disputado tres encuentros oficiales y no es importante que el jugador no haya marcado un gol y no acumule una asistencia en su haber. Habrá más ajustes, los que sean necesarios para que el de Arenys se encuentre cómodo sin tener que soportar el peso de las comparaciones con Xavi o Iniesta. Alejado de ambos extremos -demarcación maldita tras la experiencia del pasado-, el reto de toda la plantilla es recuperar a ese futbolista de enorme recorrido y capaz de organizar el juego desde atrás, armar paredes inverosímiles con Messi en la frontal y, si es menester, rematar con su potente disparo o certero cabezazo. El técnico está convencido que Cesc lo puede hacer y no parará hasta lograrlo.