Xavi Pascual: El último gran superviviente

Xavi Pascual, feliz con la conquista de un nuevo título

Xavi Pascual, feliz con la conquista de un nuevo título / IGNASI PAREDES

Sergio Vera

Sergio Vera

Nadie conoce mejor las entrañas del balonmano azulgrana que él. Entrenador de porteros, director técnico de los equipos base, entrenador ayudante... sería en febrero de 2009 con la destitución de Manolo Cadenas cuando 'Pasqui' saltaría definitivamente al ruedo para asumir un reto mayúsculo en un momento muy convulso en la sección. Ocho años y medio después acumula ya 38 títulos al frente del equipo tras la conquista de la cuarta Copa del Rey consecutiva del club en León (2 Super Globe, 2 Champions, 7 Ligas Asobal, 6 Copas del Rey, 7 Supercopas de España, 7 Copas Asobal y 7 Supercopas de Catalunya).

Sin ir más lejos, desde aquel aterrizaje forzoso en el banquillo tan solo necesitó año y medio para convertir al equipo en campeón de Europa conquistando la primera de las dos Champions que luce en su palmarés (2011 y 2015).

En una temporada en la que el club ha cambiado el entrenador del primer equipo de fútbol, fútbol femenino, baloncesto y hockey - con la excepción de Andreu Plaza en fútbol sala que llegó la pasada campaña en busca de la catarsis en la sección -, Pascual es el último superviviente. Llegó con Laporta, siguió con Rosell y es indiscutible con Bartomeu. Unos llegan y otros se van pero nadie discute a ‘Pasqui’. Es el gran superviviente azulgrana.

UN LÍDER SÓLIDO Y RESPETADO

UN LÍDER SÓLIDO Y RESPETADOMetódico y exigente, su capacidad de liderazgo es innegable en un vestuario que cree a ciegas en su 'jefe'. Su capacidad para mantener una relación cercana con todos y cada uno de sus jugadores sin caer en la condescendencia insuflando un inconfundible sello competitivo es una de las grandes ingredientes que explica el éxito de un modelo que ha sabido evolucionar, reinventarse y mantenerse en la excelencia.

"Pascual mantiene al equipo enchufado. La confianza del vestuario en él es máxima, algo que se tarda mucho en conseguir. El ambiente es excepcional y eso se nota. No es algo casual. Hay un núcleo duro que ayuda a que sea así y ahora mismo el equipo funciona como una familia", desvelaba el propio David Barrufet. 

Cada vez más son los equipos europeos que superan con creces el presupuesto del FC Barcelona. París Saint Germain, Kielce, Veszprem, los 'gigantes' alemanes... competir de tú a tú en el mercado se ha convertido en una misión casi imposible. 

Sin embargo, más allá de su dirección en el banquillo, el olfato de Pascual Barrufet han hecho posible que el Barça Lassa haya disputado hasta seis Final Four con el técnico catalán al frente gracias a una gestión intachable en la confección de la plantilla año tras año. ¿El secreto? Incorporar jóvenes promesas y conseguir que se conviertan en estrellas vistiendo de blaugrana sin olvidar el potencial de los jugadores de la casa. Así llegaron los Jalouz, Dika Mem, Lasse Andersson, o N'Guessan, por ejemplo.

MODELO A SEGUIR

MODELO A SEGUIRPor eso no sorprende que al otro lado de los despachos del Palaul, un recién aterrizado Nacho Rodríguez, manager de gestión de la sección de baloncesto, alabe la obra de Pascual al frente de la sección. "Un modelo que tenemos que aplicar en el baloncesto es el modelo del balonmano. Un vestuario unido, jugadores muy comprometidos, Noddesbo emocionado cuando se va tras diez años, un entrenador líder, Entrerríos hablando de la gran familia que son... Ojalá en dos o tres años todo el mundo esté identificado como lo está en la sección de balonmano”, dijo en una reciente rueda de prensa para dar la cara por el desastroso rumbo del Barça Lassa de baloncesto.

Y no le falta razón porque ya van muchos años en los que el balonmano, resultados al margen, nunca falla. El récord de las 100 victorias en Asobal, cuatro años sin perder un partido en competición nacional y 16 títulos consecutivos conquistados en España son suficiente carta de presentación como para ver que el Barça Lassa tiene líder y cuerda para rato.