El análisis

Mourinho ya sabe quién le apuñala y dónde ir

Albert Masnou

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Es cierto que Mourinho tiene mala relación con Casillas, a quien vendería si pudiera, con Sergio Ramos, con Xabi Alonso y con los otros de los que él llama, despectivamente, “campeones del mundo”. No les considera ligados a su causa pero tiene que ir hasta el final con ellos. No le queda otra solución. Tampoco está contento con el clan alemán aunque a uno le ponga de lateral titular en el clásico (Altintop) ni con Sahin ni con Ozil. De los dos primeros piensa que no tienen nivel para el Madrid, del tercero cree que le falta carácter para ser un grande. Pese a todo, Mourinho, como gran generador de recursos que es,  escarbará en todos los rincones del vestuario para lograr su propósito: La Liga y, si puede, la Champions.

La guerra de Mourinho con el Madrid, sin embargo, no está dentro del vestuario sino fuera. Con Florentino Pérez.  No lograba entender que la ideología en las portadas de los periódicos de Madrid, tan críticos con él, sea alimentada por su propio vestuario hasta que pensó en el presidente. Es allí donde empieza ver una mano negra, tan negra como el que llama a Sergio Ramos a una reunión una mañana de entrenamiento. Mourinho sospecha de Florentino Pérez y a partir de allí se empieza a romper un matrimonio que parecía muy fiel.

En medio de todo esto está Miguel Angel Sánchez con quien el luso sí se encuentra a gusto. No es así con Florentino de quien compara su actitud con la de Abramovich en su día. Buenas formas en la cara y puñaladas en la espalda. Ahora son dos personas cuya relación tiene un final próximo. El deseo de Mourinho es darle, al menos, la Liga al Madrid para inmediatamente finalizar su relación con Florentino.

¿Y qué futuro desea para sí mismo? Mourinho ha estado en los dos clubs con más solvencia económica del mundo y tiene las puertas del que actualmente manda en este aspecto, el City. Sin embargo, se ha dado cuenta de que lo más importante no es tener todo el dinero para comprar a quien quiera sino mantener el control absoluto del club, como pasó en el Inter o en el Oporto. Portugal se le hizo pequeño y Milan le gustó tan poco que solo estuvo un año.

Mourinho, además, ya tampoco exigirá ser el entrenador mejor pagado del mundo. Sólo quiere el control absoluto porque el tiempo le ha demostrado que fichar a grandes jugadores no le ha llevado a la cima. La ha logrado con el Oporto y con el Inter, dos clubs de política económica limitada, incluso vendedores. Con los dos clubs compradores, de momento, no ha tocado la no ha ganado la Champions. Así pues, que a nadie le extrañe que Mourinho vaya un club medio de la Premier League para poder trabajar con mayor tranquilidad y donde pueda tener controlado al presidente, a los fichajes y a la prensa.

¿Y Florentino Pérez? Duda tanto que no sabe qué camino emprender. Tiene ganas de continuar pero no sabe con quien trabajar. Benítez es una opción pero le gusta Arsene Wenger porque es el perfil que más se acerca al de Pep Guardiola y su llegada daría sentido a los jóvenes  de su nueva Masía blanca. Ahora lo que haga el presidente es toda una incógnita. Lo que haga Mourinho no. Él lo tiene más claro.