Armstrong: "Vosotros los italianos matasteis a Pantani"

Armstrong y Pantani, en una imagen de archivo

Armstrong y Pantani, en una imagen de archivo / sport

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Lance Armstrong protagonizó uno de los escándalos más grandes de la historia del deporte. Convertido en un mito y venerado por todos los amantes del ciclismo en el mundo, el norteamericano descubrió su ‘careta’ cuando salieron a la luz sus escarceos con el dopaje. Después de haber sido desposeído de sus siete Tours de Francia y de que un mito se derrumbara para muchos, el exciclista profesional se ha dedicado a vender su vida a lo largo de todo este tiempo. En un documental de más de tres horas que ha empezado a ‘desgranar’ la ‘ESPN’, el estadounidense ha contado mucho más sobre la ‘mierda’ que hay debajo de su alfombra.

"Me encontré mintiendo mirando a la gente a los ojos de tal forma que estaba acostumbrado a hacerlo. Habré construido un castillo de miles de mentiras", cuenta Armstrong. En 1998 conoció el Epo y fue una atracción fatal: “Todos lo usaron, era un medicamento que te hacía ir muy rápido sin riesgos para la salud, a diferencia de las hormonas que te hacían crecer cosas buenas y malas, como el tumor".

“Estaba perfectamente bien físicamente y vi la victoria de Sastre. Si alguien así pudiera ganar el Tour, podría haberlo hecho serenamente por octava vez. Pocos apoyaron mi decisión ", comenta sobre cuando en 2008 decidió volver a la competición. Pero fue el principio del fin.

"Italia glorifica a Ivan Basso, lo tiene en alta estima, le ofrece un trabajo y lo invita a la televisión. Sin embargo, él no es muy diferente de mí o de Jan Ullrich. Italia demolió y mató a Pantani, Alemania desprecia a Ullrich pero ama a Zabel, que también se dopó. Y Pantani está muerto, jodidamente muerto", asegura de forma incendiaria.