Fue uno de los momentos sin duda más emocionantes del atletismo español en 2019. Ese año que parece que quede tan lejano después de todo el carrusel de cosas que han sucedido en un 2020 lleno de angustia y del que sin duda también sacaremos cosas positivas, sobre todo en un deporte que se está levantando con el esfuerzo de todos.
Especialmente de unos atletas que han seguido machacándose muchas veces con objetivos más de ciencia ficción que de realidad. Uno de ellos es nuestro protagonista de lo que es ya una efeméride que quedará ya para los anales del atletismo español para siempre. Fernando Carro es un ejemplo de tesón y de ilusión por buscar metas, por muy pequeñas o lejanas que sean.
Desde Roma pisando fuerte
Carro llegaba hace justo un años al estadio Louis II de Mónaco después de hacer 8:15 en el Meeting de la Diamond League en Roma y demostrar que se encontraba, a sus 27 años, en el mejor momento de su vida. Sin duda prometía emociones fuertes en uno de los escenarios míticos del atletismo mundial, la “Champions”.
“En un país de obstaculistas como España, Fernando Carro se acaba de convertir en el mejor de todos los tiempos: 8’05” 69. Le ha quitado diez segundos a la marca que hizo en Roma hace un mes! Es increíble pero es cierto. Y no sólo eso. También ha regresado al pasado y ha peleado con los africanos como en los tiempos de Elíseo o de Berlanas, que esta noche se ha despedido del récord de España que le acompañaba desde 2002: 8’07” 44″, escribía aquella noche mágica nuestro compañero Alfredo Varona en una crónica deliciosa que se convirtió en un homenaje póstumo al madrileño.
Que nadie descarte nada
Fernando nos hizo vivir ocho minutos en los que pasamos de los nervios al éxtasis, de la piel de gallina a la incredulidad. Que nadie descarte que algún día, más pronto que tarde, rebaje esa barbaridad que consiguió en el Principado. Ya demostró hace unos días en Nerja que no se ha descuidado precisamente estas últimas semanas y que, si le dejan, promete volver a darnos licencia para soñar muy pronto.
