La sanción que arrastra desde hace tiempo Rusia, por la cual sus atletas no pueden competir bajo el amparo y colores del país en el que han nacido (de hecho, en el Europeo de Torun por ejemplo directamente no pudieron ni hacerlo, ni siquiera como neutrales), sigue provocando un ‘efecto estampida’ nefasto para los intereses de una Federación que está pagando carísimo sus flirteos con el dopaje.
Si la joven estrella Matvey Volkov (hijo del mítico Konstantin Volkov, subcampeón olímpico de salto de pértiga) decidió hace unos meses nacionalizarse bielorruso para poder competir con libertad (el presidente de la federación bielorrusa abrió los brazos a acoger atletas rusos afectados por las sanciones), la última en protagonizar una de estas ‘fugas de cerebros’ ha sido la saltadora de altura Elena Kulichenko.
Estudiará y entrenará en USA
La joven de 18 años estudiará y entrenará en Estados Unidos y competirá bajo el amparo de la Federación de Chipre. Tendrá que hacer en principio dos años de ‘cuarentena’. Recientemente se proclamó subcampeona sub’20 de Rusia y su marca personal es de 1.84 metros. Nacida en 2002, es otro de estos jóvenes talentos incipientes rusos. Sin duda la Federación corre el serio riesgo de perder a toda una hornada, una generación que lo que quiere es competir sin tener que estar casi cada día pendiente de nuevos giros de guión.
Hace unos días la World Ahtletics dictaminó que serán un máximo de 10 atletas los que estarán en los Juegos de Tokio y que competirán bajo bandera neutral, como ya ha ocurrido en otras competiciones del atletismo mundial. De esta forma, muchos tendrán que quedarse fuera.
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