Uno de los nombres propios en 2022 y uno de los fondistas con más proyección de futuro a nivel mundial, Grant Fisher, vivió un aire libre en 2023 para olvidar. El estadounidense, poseedor del Récord Norteamericano de 5.000, 10.000 y 3.000 metros al aire libre, no pudo clasificarse en los ‘trials’ de su país para el Mundial de Budapest. Fue cuarto en una final de 10.000 feroz y en la que consiguió un discretísimo crono de 28:25, casi dos segundos más que su marca personal y Récord Nacional de 26:33.
Fisher tuvo que parar de entrenar. Sentía dolor. Un talento natural, aún tuvo tiempo de salvar el verano. El atleta nacido en Canadá participó en el 5.000 de la Diamond League de Zurich con una gran marca de 12:54. Y poco después corrió en el 59 Palio Citta’ della Quercia, en Rovereto (Italia). Se impuso en la prueba de los 3.000 metros con una gran marca de 7.33.32, Récord del Meeting.
Nuevos retos
Buscando recobrar sus mejores sensaciones, Fisher ha tomado una decisión delicada. La más dura de su vida. Dejar el mítico Bowerman Club de Oregon. “Durante un tiempo estuve tratando de descubrir qué iba a hacer y finalmente decidí hacer un cambio. Me mudé a Park City, Utah, así que ahora resido allí”, ha comentado en una entrevista para ‘Let’s Run’. Lo hace junto a su viejo entrenador del ‘high school’, Mike Scannell. “Tengo una muy buena relación con él desde antes de que yo corriera, cuando era niño. Realmente me gusta su enfoque del entrenamiento y es un sistema colaborativo que tenemos y lo estoy disfrutando”.
Hay cambios, claro: “Extraño bastante entrenar con los chicos de Bowerman. Estoy entrenando casi solo en este momento, la mayoría de mis entrenamientos son en solitario”. El objetivo del estadounidense es claro, el billete olímpico para el 10.000 en París.
