Las últimas semanas han estado marcadas en el atletismo internacional por los nuevos capítulos del lío de la familia Ingebrigtsen. La ruptura entre el padre y entrenador Gjert y sus tres hijos es ‘oficial’ desde hace más de un año. Se excusaron en un inicio en sus problemas de salud, pero el tiempo indicó que no, que había otros motivos mucho más profundos y dolorosos. Papá Ingebrigtsen se puso a entrenar a otros atletas. Como Nordas, que se ha convertido este verano en una de las revelaciones del 1.500; sin ir más lejos, en el Mundial de Budapest fue medalla de bronce. Y logró bajar su marca personal en siete segundos en tan solo unos meses. “Lo hice otra vez”, dijo Gjert.
Sin duda, la ruptura entre hijos y papá era total. De hecho, el fuego cruzado entre los dos ‘bandos’ era constante. Cabe recalcar que Gjert no estuvo en Budapest, puesto que Jakob, el hijo prodigio que lo había repudiado, apretó a la Federación Noruega y usó su poder para que no viajara al Campeonato del Mundo. No solo eso, sino que su pupilo Nordas, con quien Jakob no se habla, ni siquiera durmió en el mismo hotel que el resto del equipo nacional noruego.
Acusaciones de violencia
Después de todo el revuelo que eso causó, los tres hermanos Ingebrigtsen (se autoentrenan y pasan largas temporadas en el CAR de Sierra Nevada) decidieron hacer un comunicado a uno de los periódicos más importantes de su país, ‘Verdens Gang’. “Todavía sentimos el malestar y el miedo que nos ha acompañado desde la infancia”, decían los Ingebrigtsen, entre otras graves acusaciones de violencia física y psicológica. “Hace dos años volvieron a suceder las mismas agresiones y castigos físicos y fue la gota que colmó el vaso”, comentaban los hermanos.
Asimismo, comentaban que era cierto que habían pedido a la Federación no verse en la situación de compartir concentraciones y hotel con su padre en los campeonatos internacionales. Algo que, viendo el éxito de Nordas, seguirá ocurriendo próximamente. “Los noruegos han visto nuestras vidas, para bien o para mal. Estoy lejos de haber sido perfecto como padre y como marido, pero no soy violento”, respondió Gjert vía su abogado.
Después de la acusación de Henrik, Filip y Jakob (son siete hermanos en total), en Noruega se publicó que la policía había abierto una investigación. “La tragedia familiar plasmada en los medios de comunicación debe convertirse en eso: una tragedia familiar. El circo mediático debe terminar. A Henrik, Filip y Jakob se les debe permitir vivir una vida deportiva en público sin interferir la privada”, dijo el portavoz de los Ingebrigtsen. La telenovela sigue en marcha y seguro nos deparará nuevos episodios. Porque Jakob es uno de los mejores del mundo en lo suyo. Y Gjert, también…
