La historia de Devon Allen se ha tornado viral estos últimos meses. Este superdotado del deporte firmó un contrato hace un tiempo con los Philadelphia Eagles de la NFL. De hecho, está citado para comenzar a entrenar el próximo 26 de julio. Poseedor de la mejor marca de 2022 de los 110 metros vallas, Allen tenía el sueño de despedirse del atletismo con una medalla en el Mundial de Eugene. En Oregon, en el estado donde estudió, a poca distancia del Hayward Field donde se está disputando el Campeonato del Mundo.
Avanzó sin problemas en las series y en las semifinales. Se plantaba en la final como uno de los favoritos junto a sus compatriotas Cunningham y Gran Holloway. Pero tras el disparo de salida hubo un frenazo. Los jueces detectaron una salida una centésima por debajo de lo permitido. Era Allen. A pesar de protestar él y todo el estadio y de abuchear sonoramente, no consiguieron que fuera readmitido.
Sin poder dedicárselo a su padre
Un amargo adiós al atletismo de un deportista de 27 años que vivirá ahora un cambio radical en su carrera. Tras firmar un contrato millonario por una de las ligas que más dinero mueven en el mundo, el atletismo pierde a un fuera de serie. Un atleta, además, que quería dedicar un metal a su padre fallecido hace unas semanas.
