Perder nunca es plato de buen gusto, menos aún si es en el minuto 96 y con un penalti que como poco puede ser dudoso. “No es ni ‘penaltito’”, se quejaba Vicente Moreno, un rara avis en él puesto que suele ser muy prudente a la hora de comentar la actuación arbitral. Lo cierto es que el Espanyol se fue de vacío en San Sebastián, donde volvió a plantear un encuentro priorizando la defensa al ataque. Salió bien hasta que llegó el descuento. Golpe moral pero no clasificatorio, no en vano la distancia respecto al descenso sigue siendo la misma.

La derrota en San Sebastián, sin graves secuelas para el Espanyol (leer noticia)