Aquel mes de julio del 92, cuando empezaron los Juegos Olímpicos en Barcelona, Arantxa Sánchez Vicario (Barcelona, 18/12/71) ya era una tenista consagrada pese a sus cortos 20 años. Tenía ya un fornido palmarés en el que constaba su primer Roland Garros, ganado en 1989 superando a Steffi Graf en la final, había sido finalista en París en 1991 y semifinalista en 1992 así como semifinalista por dos veces en el Open de Australia. En dobles entre otros trofeos tenía la copa de campeona del Open de Australia en casa. Su actitud en la pista, su lucha y garra se tradujeron en grandes éxitos, pero también la convirtieron en una de las deportistas más queridas. Era el Rafa Nadal de la época.

Arantxa Sánchez Vicario: "Barcelona 92 siempre estará en mi corazón" (leer noticia)