Ramos cometió un gran error al término del encuentro Ajax-Real Madrid de la Champions League al confesar ante los micrófonos que había forzado la tarjeta amarilla para que la sanción aparejada a la acumulación de tarjetas se aplicara en el próximo encuentro. Como define la normativa de la UEFA muy claramente, este acto está sancionado con dos partidos de suspensión, por lo que reconocerlo públicamente dejaba en muy mal lugar al defensa a pesar de sus intentos por rectificar.

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