Eran las siete de la tarde del 25 de agosto cuando el barcelonismo sufrió una sacudida inesperada pero terribe. Un terremoto en toda regla. La cadena argentina TyC anunciaba que Leo Messi había presentado un burofax al FC Barcelona en la que le comunicaba a la entidad barcelonista que ejercía la clausula de salida y renunciaba al año que le quedaba de contrato sin tener que abonar la cláusula de 700 millones.

Un mes de locura (leer noticia)