A comerse el mundo

Ona Carbonell, a comerse el mundo

Ona Carbonell, a comerse el mundo / Valentí Enrich

Carme Barceló

Carme Barceló

Las medallas no le han dado tanta visibilidad como ponerse un delantal y cocinar ante casi ocho millones de personas. Es lo que tiene la televisión y ganar un concurso como ‘MasterChef’. Su intensidad, capacidad de concentración y obsesión por la perfección son las claves de este nuevo triunfo de Ona Carbonell. Desde que la conozco -y hace ya unos cuantos años-  nunca la había visto tan madura y tan feliz. Participar en este programa de televisión le ha supuesto “una transformación. He salido de mi habitat, del agua y de los entrenamientos, y he aterrizado en otro mundo. He conocido a personas increíbles, muy diferentes a mí, que me han sumado mucho. La ‘tele’ ha mostrado mi faceta más personal, que poca gente conocía. Y lo que es más importante: ha servido para dar visibilidad a la ‘sincro’ y al deporte femenino”, afirma Ona. 

MENÚ DE FIN DE AÑO

Acaba de llegar del CAR, tras un día duro de entrenamiento y casi dos horas de tráfico. Está agotada y hambrienta, pero una merienda ‘healthy’ y su buena predisposición consiguen que este último reportaje del año en Sport&Style sea espectacular. Mientras la maquillan, me explica uno de los platos que va a preparar para Nochebuena. “Tengo a toda la familia presionando desde hace semanas -explica riendo- y al final prepararé un postre: trufa de chocolate con nata y sal Maldon. Para la noche de fin de año cocinaré canelones de verduras”.

Su salida temporal del agua y su inmersión en la gastronomía le ha supuesto que le lluevan ofertas de todo tipo. “Es increíble lo que consigue un programa de televisión -reconoce Ona Carbonell- porque me han propuesto cosas a nivel de restauración muy interesantes y también de televisión. Pero mi objetivo, mi reto y mi prioridad es el Mundial de este verano y los Juegos Olímpicos de Tokio”

DESCONECTAR PARA MEJORAR

‘Masterchef’ ha sido mucho más que un concurso para ella. “Me ha ido genial para desconectar de la sincronizada -explica feliz- y eso, en deportistas de élite, cuesta de conseguir. Llevo casi 15 años compitiendo y entrenando sin parar y con mi entrenadora, Mayu Fujiki, ya quedamos que tenía que descansar. Mi cuerpo, mi mente, mis articulaciones... todo me pedía un ‘parón’. Este ‘reset gastro’ me ha venido genial. Mayu me dijo ayer que estaba imparable, que nunca me había visto así”. Ona asegura estar “a tope de motivación” para afrontar una agenda que “da miedo solo mirarla”. Pero ella ha demostrado que los retos son la sal y la pimienta de su vida. Y se va a comer el mundo.

No te pierdas la edición completa de Sport&Style.