Alcaraz aprende la dura lección de Roland Garros

El murciano sobrevivió a un partido que llegó a tener muy lejos en una nueva demostración de calidad y poderío

El papel de favorito en un Grand Slam se presenta como una nueva prueba de la que ha superado ya la primera trampa

Alcaraz durante el partido frente Albert Ramos

Alcaraz durante el partido frente Albert Ramos / AFP

Albert Briva

Albert Briva

Incluso para el chico más superdotado de la clase hay días en que las cosas se tuercen y cuestan más de lo normal. Ahí es donde se diferencian los que son puro talento y los que son elegidos para llevar su talento al éxito. Pues en esas se vio ayer un Carlos Alcaraz al que lo podríamos tachar como el superdotado en el mundo del tenis. El murciano vivió en sus propias carnes lo que supone ser favorito de un Grand Slam en uno de esos días donde las cosas se ponen feas de verdad.

Carlitos sobrevivió a un partido de absoluta locura en el que su fin en el torneo estuvo muy cerca de la mano de su compatriota Albert Ramos. Cualquiera de los cuatro torneos por excelencia en el mundo del tenis tiene una aurea y una magia diferente e imposible de vivir en otro torneo del circuito, algo que aprendió de lo lindo Alcaraz. Tras un 6-1 en el primer set, con el que en muchos otros torneos sería casi definitivo, el de El Palmar vio que apenas le servía para acercarse a una victoria que se presagiaba de lo más sencilla.

Pero cuando se habla de la grandeza de Rafa y de su casi 'divinidad' por haber conseguido 21 títulos de Grand Slam, es precisamente por esto. Cerrar partidos al mejor de cinco sets de una forma segura y sin apuros ante rivales de entidad, requiere mucho más que el puro talento innato. Sino que se lo pregunten a Zverev o Tsitsipas, semifinalistas el año pasado, que han tenido que remontar dos sets adversos en sus partidos de primeras rondas. Saber aguantar y sufrir en los días malos es necesario e indispensable para poder llegar a tener opciones reales de levantar un trofeo de esta magnitud.

Y una vez más, Alcaraz demostró que está preparado para todo. Levantó el partido cuando se le puso con set de desventaja, levanto una bola de partido en contra e incluso levantó un quinto set en el que empezó todo mal. Una demostración a la altura de muy pocos y todo sabiendo que lo hace con un papel de claro favorito con tan solo 19 años. Una demostración a la altura de muy pocos y en la que muchos han acabado sucumbiendo por el camino.

Puntazos de autentica leyenda

Evidentemente es imposible hacer nada de eso sin el talento y la calidad de la que dispone Carlos. El murciano demostró una vez más que ha nacido para marcar una época en el tenis mundial y lo hizo como pocos pueden. Poniendo de pie a todo el público que llenaba la pista Simonne-Mathieu.

Dos 'passings' a la altura de muy pocos son candidatos ya a punto del torneo cuando apenas se han disputado cinco días de competición. Un primero en el tramo final cuarto set y un segundo que será recordado durante mucho tiempo. Con bola de break a favor para recuperar la desventaja en el quinto y definitivo set Carlos se inventó un golpe de revés a una mano tras recorrer la pista de punta a punta y llegando más que forzado al golpeo.

La magnitud del punto trasciende más allá de su belleza. Era el punto que resucitaba, otra vez más en el partido, a un Carlos que tenía enfrente un autentico muro como Albert Ramos. Era el punto que le daba vida de nuevo... ¡Y qué punto!. Pero por asomo del público y del mundo del tenis, no fue el único.

Con 4-4 en el marcador en el definitivo set y punto de rotura a favor se sacó otra demostración de resistencia y superación. Lo intentó con una dejada a la que Ramos respondió con un golpe casi ganador que solo pudo devolver de espaldas y a una mano el murciano para dejarle una volea franca. Y a partir de ahí, correr y resistir. Salvó tres remates de volea de su rival en la red corriendo de punta a punta, hasta que poseído por la desesperación, Ramos intentó un bolea en forma de dejada que se quedó en la red.

"No se como lo he hecho"

"Creo en mi, tengo mi estilo, trabajo duro todos los días, hay que tener un objetivo claro, sueños bonitos y perseguir esos sueños cada día", dijo tras el partido, al que definió "como una lección" de la que asegura aprender. Alcaraz se las verá en tercera ronda ante su verdugo en Montecarlo, Sebastian Korda, que está viviendo un inicio de torneo prometedor en el que no ha perdido un solo set en las dos primeras rondas.

"Es cierto que soy joven, pero tengo experiencia, me siento cómodo en los grandes estadios, incluso en Grand Slam, en los partidos importantes. Soy fuerte físicamente y creo que también mentalmente. Estoy listo para este tipo de partidos", destacó un Carlos que se muestra confiado de sus opciones en París.