Real Madrid: cerrado por derribo

Sergio Ramos, y por extensión el Real Madrid, han pagado un alto precio por su pecado de soberbia. Provocar una tarjeta amarilla que acarreaba suspensión “para llegar limpio a cuartos” le ha salido carísimo a un equipo, y a un club, que en estos instantes se está buscando a sí  mismo después de haber sufrido una de las humillaciones más grandes de su reciente historia.

Creer que la eliminatoria ante el Ajax estaba ganada (1-2) porque la vuelta se disputaba en el Bernabéu, ha acabado siendo la zanja por la que se ha derrumbado y ha caído la institución blanca, que lo había apostado todo a la ruleta rusa de la Champions League, como en la temporada pasada.

Al Real Madrid le hace falta algo más que los “cojones” a los que aludió Santiago Solari el día de su debut como técnico blanco y se ve ahora abocado a acometer una profunda reforma de su plantilla... Y ya veremos si no se lleva por delante a Florentino Pérez, a quien anoche un sector del Bernabéu pedía su dimisión.

Equipo descompuesto

Carvajal, después de la hecatombe, se sinceró y confesó que “hemos hecho una temporada de mierda”, dándola ya por finiquitada. Así lo cree el madridismo, que en tan solo siete días ha visto cómo el Barça le eliminaba de las semifinales de la Copa del Rey (0-3), volvía a ganarle en la Liga y le dejaba sin opciones (0-1) y un valiente y espléndido Ajax le sometía en el Bernabéu(1-4) en una de las noches más negras en la historia reciente de la entidad.

Era impensable algo así, de esta envergadura, porque el campeón de las tres últimas ediciones de la Copa de Europa hacía nueve años que no caía en octavos de final de la competición. Peor resulta, todavía, haber perdido los últimos cuatro partidos jugados en el Bernabéu desde el sorprendente triunfo del Girona (1-2). Por cierto, desde el primer gol del equipo gerudense, los blancos han encajado en su casa ¡¡¡diez goles!!! No se recuerda nada parecido en la historia blanca.

Es verdad, y así hay que reconocerlo, que anoche le miró un tuerto al Real Madrid. Dos remates se estrellaron en los postes (Varane y Bale) y se le lesionaron tres jugadores, dos en el primer tiempo (Lucas Vázquez y Vinicius). Todo ello, sin embargo, no fue excusa para justificar la falta de fútbol y actitud de un equipo que poco a poco fue descomponiéndose, superado en todas las facetas del juego y especialmente en la medular, donde el ‘culé De Jong hizo su primer acto de servicio al FC Barcelona.

En las próximas horas el Real Madrid tendrá que tomar medidas drásticas, porque las cosas solamente puede ir a peor. Se enfrenta a una de sus mayores crisis y ya veremos qué se saca de la chistera el hombre que todo lo decide. Incluso en el terreno deportivo. No haber encontrado el sustituto idóneo para cubrir la ausencia de Cristiano Ronaldo también se ha pagado muy caro. Nadie asume su rol... ni sus goles. Una política deportiva herrática que a estas alturas de la temporada no se puede reconducir. Dicen que el Real Madrid nunca se rinde, pero a la luz de los últimos acontecimientos salta a la vista que ha bajado los brazos. Llegan días muy difíciles para todo el madridismo. 

El Bernabéu pide la dimisión de Florentino

La temporada pasada, con el Barça con 17 puntos de ventaja sobre el Real Madrid, y también eliminado de la Copa del Rey, el madridismo se lo perdonó todo a Zidane y a Florentino porque el equipo aspiraba a ganar la Champions League. Y así acabó ocurriendo. El presente ejercicio venía siendo un calco del anterior, pero al final la realidad ha terminado sacando a relucir las miserias del Madrid. De forma tan cruda y cruel que el Bernabéu no aguantó más y anoche terminó pidiendo a gritos la dimisión de Florentino Pérez. Ahora, ni quiera la afición está de su parte.