Suli Camara, el extremo que pudo ser del Barça y ahora triunfa en Ibiza

El de Sant Celoni, de 22 años, se formó en las categorías inferiores del Granollers y el Sabadell y fue entrenado por Michel en el Girona, donde debutó en Copa del Rey con el primer equipo

El Grama y el Girona B no encuentran el gol y se reparten los puntos (0-0)

Suli Camara, jugador de la UD Ibiza

Suli Camara, jugador de la UD Ibiza / UD Ibiza

Albert Gracia

Albert Gracia

A sus 22 años, Suleiman Camara ya ha vivido toda una vida en el mundo del fútbol. Formado en Granollers y potenciado en Sabadell, en edad juvenil el bueno de Suli tuvo que decidir su futuro muy pronto. El Girona fue el primer interesado, pero luego llegó el Barça, que se quedó impresionado por el nivel de un extremo que les había anotado dos tantos y que venía a ser un extremo de los de siempre: con gol, con mucho desborde y con último pase.

Sin embargo, iba a ser el conjunto gerundense quien se llevaría el gato al agua. Tras lograr sus servicios, Suli creció muy rápido en los últimos años de fútbol base y en la 20-21, el jugador de raíces gambianas pasó a ser extremo del Girona B. Fue ahí donde llegaría el momento de su explosión. Su buen hacer le llevó a entrenar con Pep Lluís Martí, con Francisco y, por último, con Míchel, que fue el que más apostó por él hasta hacerle debutar con el primer equipo.

Era un extremo muy del gusto del técnico vallecano: rápido, con uno contra uno y con mucha capacidad de desborde. El Girona le renovó con una cláusula para subir al primer equipo una vez finalizada la temporada 21-22. Sin embargo, el ascenso a Primera División del conjunto gerundense lo frustró todo. El club no le podía ofrecer un contrato con los mayores estando ya en Primera, así que Suli buscó una salida.

Barça B y Espanyol B llamaron a su puerta, pero ninguno de los dos le podía ofrecer lo que sí le ofrecía la UD Ibiza: un contrato de futbolista profesional. Suli cogió las maletas y se fue a las islas, donde cuajó una gran temporada pese al descenso de su equipo. De hecho, a los dos meses de llegar a Ibiza y sonando ya para la Sub-21 española, equipos de Primera llamaron a su puerta, pero él decidió quedarse.

Al igual que el verano pasado. Con el equipo ya en Primera Federación, equipos europeos de ligas importantes quisieron contar con él para sus respectivos proyectos, pero él decidió que no había mejor sitio que la UD Ibiza. Quería devolver al equipo a Segunda División. Y está en el camino.

Ha perdido algo de protagonismo respecto a la campaña pasada, pero la UD Ibiza marcha tercera a falta de unas pocas jornadas, con un Suli que, en el anterior duelo ante el Melilla, repartió una asistencia clave. Este fin de semana llega el derbi ante el Atlético Baleares. Partido especial.