La redención de Bambo Diaby

Tras dos años de sanción por dar positivo en un test antidóping, el futbolista que creció en Mataró vuelve a brillar en el Preston de Championship

Volvió al fútbol profesional en enero, tras dos años en los que llegó a trabajar en un concesionario de coches para costearse su preparación física y volver a la élite

Bambo Diaby celebrando la victoria en su primera titularidad con el Preston

Bambo Diaby celebrando la victoria en su primera titularidad con el Preston. / Agencias

Pol Ballús

Pol Ballús

“¡Estamos de celebración! Nuestro excompañero, Bambo Diaby, se incorporó en enero al Preston North End de Championship”. Este mensaje celebró la llegada de este futbolista de 24 años que creció en Mataró, a uno de los equipos históricos del fútbol inglés. Un comunicado atribuible a cualquier club que elogia el desarrollo de uno de sus pupilos. Nada más lejos de la realidad: lo publicó en las redes sociales un concesionario de coches de Cabrera de Mar.

Para entender cómo se llega a esto tenemos que remontarnos a octubre de 2020. Con 22 años y una carrera en pleno auge con el Barnsley, Bambo Diaby dio positivo en un test antidoping por higenamina, una sustancia para perder peso. Tras una investigación, fue declarado no culpable de haber ingerido el compuesto voluntariamente, algo que no mitigó el castigo: dos años sin poder jugar al fútbol profesional.

En enero acabó su sanción, y encontró su sitio en Preston. Debutó como titular en liga este sábado y fue la estrella en la victoria del Preston North End ante el Bournemouth, un equipo que probablemente ascenderá a la Premier League. Ensalzado en la prensa local por su exhibición, y por el técnico Ryan Lowe en el vestuario, la historia de Bambo Diaby parece llegar a un final feliz. Pero lo que ha sufrido hasta hoy sólo lo sabe él.

Trabajando en un concesionario

“Se te cae el mundo encima, pero cogí a mi padre y le dije que volvería siendo aún mejor. Nunca dudé de que volvería a jugar, lo sabía”, confiesa Diaby a Sport. Encontró apoyo en sus momentos más oscuros con sus amigos Helena y Anselm, quienes le animaron a no dejar de entrenar. Al poco tiempo, se puso en contacto con Global Performance, centro de preparación física de alto rendimiento que trata con futbolistas como Adama Traoré.

Se impuso una rutina de futbolista profesional, pero su nómina no lo era. Sin contrato, y sin haberse ganado la vida de otra forma que no fuera el fútbol, le tocó tomar otro camino: “Un amigo me puso en contacto con el jefe de un concesionario de coches. No tenía experiencia, pero me formaron y acabé haciendo un poco de todo. Con el trabajo en el concesionario me pagaba el fisio y la puesta a punto, porque mi prioridad era sólo volver a ser futbolista”.

Actualmente vive en Manchester, donde comparte piso con su mejor amiga a la espera de que el club le encuentre sitio. Desde allí lleva meses entrenando en solitario y en silencio, esperando a que llegara el mercado de enero: “Mucha gente me dio por muerto”, admite.

Bambo tiene pasado en el fútbol español. Pasó por el Perelada, filial del Girona, cedido por la Sampdoria en la campaña 2017-2018. Llegó a debutar con el primer equipo, en Copa del Rey contra el Levante. De ahí se embarcó en el Lokeren de primera belga, y al año lo fichó el Barnsley. En su segunda temporada, la sanción truncó su camino. Hoy, Bambo lo ha rehecho, y el próximo verano acaba contrato. Con el nivel que demostró este fin de semana, pretendientes no le faltarán.