Una plácida victoria para empezar

Los jugadores celebran uno de los goles ante el Ferencváros

Los jugadores celebran uno de los goles ante el Ferencváros / FC Barcelona

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Dos meses y una semana después de la humillación ante el Bayern, el Barça regresó a la Champions. En estos 67 días, el club blaugrana ha sufrido una auténtica catarsis que ha derivado en un cambio de entrenador, una revolución en la plantilla, un anuncio de elecciones anticipadas, una moción de censura (que aún no tiene fecha de votación) y un intento de fuga de Messi (afortunadamente frustrado).

El barcelonismo ha transitado de la indignación al desconcierto, pasando por la frustración y el miedo. El estado de ánimo de los culés ha vivido una auténtica montaña rusa, a la espera de acontecimientos. Pendientes de qué puede ofrecer el nuevo proyecto de Koeman y, sobre todo, de cómo y cuándo acaba el mandato de Bartomeu. Y todo ello mezclado con la impotencia y la tristeza que genera la pandemia de coronavirus, que impide a los socios ir a apoyar (o a criticar) a su equipo al Camp Nou. Como sucedió anoche ante el Ferencváros.

El Barça volvió a la Champions con prudencia, alejado del favoritismo de otros años. Después de tantos fracasos, la dosis de realidad impregnada por Koeman resultaba imprescindible para situar al equipo en su contexto. Aunque el primer rival, el modesto equipo húngaro, no fue ningún problema para empezar la competición con una plácida victoria y goles de Messi, Ansu Fati, Coutinho, Pedri... y ¡hasta Dembélé!.

RENOVACIONES DE MADRUGADA.- El Barça anunció anoche, después del partido, las renovaciones de Ter Stegen, Piqué, Lenglet y De Jong. Los cuatro futbolistas han aceptado una ampliación de su contrato a cambio de aplazar una parte importante de su ficha. Estos jugadores no firmaron el famoso burofax contra la directiva porque aceptaron negociar lo que se ha dado en llamar una ‘adecuación transitoria de los salarios’, motivada por la reducción de los ingresos del club a causa de la pandemia de coronavirus. Esta situación provocará, sin duda, una división en la plantilla en su particular guerra contra Bartomeu. Divide y vencerás debe pensar el presidente...