¿Por qué juega Messi con Argentina?

Messi ha puesto punto y final a la temporada

Messi ha puesto punto y final a la temporada / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

¿Por qué juega Messi con Argentina? La pregunta es obligada, y podría reformularse: ¿Por qué sigue jugando Messi con Argentina? Visto el enésimo desastre de la albiceleste en la Copa América, sumado al escándalo arbitral con expulsión injusta incluida, queda claro que el mejor jugador de la historia tiene todo que perder y nada que ganar cuando va con su selección. Como siempre, y como ya le sucede en el Barça, ha tenido que tirar tirar del carro, pero el carro de la albiceleste no tiene ruedas, va pendiente abajo y lo arrastra inevitablemente.

El efecto que produce Messi con el equipo de Argentina debe ser parecido al que tendría alguien que se encuentre a un genio como Lang Lang tocando un piano destartalado en medio del desierto, solo, abandonado y sin nadie que lo escuche. Si Leo hiciera un cálculo meramente egoísta, si atendiera a la razón, y no al corazón, ya ni siquiera habría jugado esta Copa América ni tampoco habría regresado a la selección. Pero la grandeza de Messi es que aceptó el reto y, sobre todo, asumió un riesgo que en realidad era casi suicida.

Es difícil pedirle más entrega que la que demostró ante Brasil, primero, y Chile después, y lo cierto es que se encontró con unos sospechosos arbitrajes, en los que el VAR se dejó de consultar a la carta, en función de qué equipo era el afectado. En esta Copa América hemos visto sin duda al Messi más emocional, elevando el tono como nunca contra los árbitros al terminar el partido, y hablando por primera vez en su carrera de “corrupción” para referirse a un arbitraje.

La reacción en Argentina esta vez ha sido buena y no han crucificado a Messi como tantas otras veces, quizás porque empiezan a darse cuenta por fin de que la culpa no es suya sino de todo un sistema que hace años que va a la deriva. La pregunta es, pues, pertinente: ¿Por qué juega Messi con Argentina? Y la respuesta es sencilla: porque es argentino, quiere a su país y no hace cálculos.