Plan para atacar

Rakitic, en el derbi ante el Espanyol

Rakitic, en el derbi ante el Espanyol / EFE

Xavi Torres

Xavi Torres

El Espanyol, el sábado, trató de organizarse a partir de una idea nueva para ellos, una defensa de cinco hombres y un centro del campo, de cuatro, con las lineas muy juntas y retrasadas, casi en la frontal de su propia área para, simplemente con orden, intentar eliminar los espacios y las opciones azulgrana. Aguantó hasta los 70 minutos, momento en que Messi marcó, de falta, el 1 a 0. Y ahí se acabó el partido porque sin ataque no hay gol. Y sin gol, no hay éxito.

Parece que los entrenadores empiezan a ponerse de acuerdo sobre el antídoto al juego ofensivo del Barça. Rayo, Leganés, Valladolid, Espanyol, Betis (aunque Setién siempre juega así) o, incluso, el Olympique de Lyon, en Europa, usaron un esquema basado en la organización defensiva con tres centrales. A partir del dibujo, cada equipo presenta matices en función de los perfiles de los carrileros o, por extensión, de la propia dimensión del resto de jugadores. En definitiva, dado el potencial de los de Valverde, defenderse contra el Barcelona es una obligación pero, visto lo visto, el supuesto éxito de la táctica de los rivales del Barça depende, curiosamente, de su plan de ataque.

¿Qué hacer con el balón? Esa es la gran cuestión. No hay duda de que Rubi deseaba una salida más limpia del balón con participación, en la continuación de la jugada, de Roca, Granero o Melendo, sus hombres más creativos. Pero no se dió. Y también esperaba que los pelotazos a Borja Iglesias originasen segundas jugadas. Pero tampoco funcionó. La presión colectiva desarboló lo primero y la gran concentración de Lenglet y Piqué, lo segundo. Y sin ataque, el Espanyol acabó muriendo. Eso sí, a balón parado, porque el ataque del Barça, sin velocidad de circulación ni ritmo, sufrió muchísimo. De este tema, sin embargo, nos ocuparemos otro día.

Al Barça de antaño le gustaba dominar los partidos jugando en campo contrario para alejar al rival de su propia portería. A Valverde (o a Luis Enrique, por ejemplo) no le molesta el intercambio de golpes en las áreas, confiando en la contundencia de Messi y Ter Stegen. De hecho, como atacar en estático -y, por tanto, sin espacios- requiere de un gran dominio del método y de mucha delicadeza en la circulación y la definición (último pase y remate), el Barça actual prefiere correr para disponer de espacios, aunque también, es evidente, los conceda. En España va sobrado. En Europa, veremos. Se atisba el duelo de cuartos contra el Manchester United y, si todo va bien, contra el Liverpool, en semifinales. Equipos con plan de ataque. Equipos que saben qué hacer con el balón. Llega la hora de la verdad. Apasionante.