Nada que ver la Champions con la Liga

Inter Milan, 1 - FC Barcelona, 1

Inter Milan, 1 - FC Barcelona, 1 / Valentí Enrich

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

No fue justo, el Barça fue muy superior al Inter, pero la falta de acierto en el remate le condenó a un empate que, en cualquier caso, le clasifica ya para los octavos de final de la Champions. El equipo de Valverde volvió a hacer un gran partido, muy en la línea de lo que se está viendo esta temporada en Europa. Sin Messi, que ni siquiera se vistió de corto, y esta vez con Dembélé en lugar de Rafinha, un cambio que permitió a Coutinho desenvolverse por dentro, donde se siente más cómodo, ya que el que abría el campo por la banda, la derecha, era el francés. Mejoró Coutinho con respecto a anteriores partidos y mejoró el juego de control del equipo, con los jugadores muy bien posicionados y concentrados. El de ayer fue un Barça que aplicó su libro de estilo con una gran fidelidad, incluyendo la presión que les permitía robar la pelota en zonas críticas para el rival y lanzarse hacia la portería contraria. Dembélé, Suárez, Coutinho y Rakitic dispararon desde todas las distancias, pero faltó la puntería necesaria para sacar al Inter del partido. 

EN MODO CHAMPIONS

Lástima que Icardi empatara el marcador cuatro minutos después de que Malcom lo inaugurara en el minuto 83, prácticamente en el primer balón que tocaba tras ingresar en el campo por Dembélé. Lástima, pero no pasa nada, porque el Barça fue el gran equipo que está siendo en la competición europea. Hay una gran diferencia entre el equipo de la Champions y el de la Liga. Si dejamos al margen el gol de Icardi, el equipo de Valverde lo ha hecho todo a la perfección en Europa. Cuatro goles al PSV, otros cuatro al Tottenham en Wembley, buen partido ayer en Milan... El secreto está en la motivación y la intensidad. No motivan igual el Leganés y el Rayo que el Tottenham y el Inter y, sobre todo, los jugadores se han marcado la Champions como el gran objetivo de la temporada. Van por buen camino, demuestran ambición y talento, pero viendo cómo están los rivales domésticos, me atrevo a pedirles que no pongan todos los huevos en la misma cesta. Que vayan a por todo, a por el triplete. Si juegan como en Europa, seguro que pueden. 

La clave: la motivación y la intensidad son máximas en la competición europea