El monstruo depredador del fútbol inglés

La Premier ha confirmado dos nuevos casos de positivos de COVID19

La Premier ha confirmado dos nuevos casos de positivos de COVID19 / AFP

Guillem Balagué

Guillem Balagué

Cuenta el cantante Nick Cave que le interesa muy poco lo que entiende muy bien, que sus canciones son una chapa y que debajo de la misma está lo fascinante. Cave es un rastreador de las verdades que yacen bajo la superficie de las palabras, verdades que aparecen sin aviso, como el lomo de un monstruo marino, que de la misma manera que llegaron, desaparecen. Bajo los estadios resplandecientes de la Championship (la segunda división inglesa), junto a la extraordinaria realidad de ser la quinta liga más seguida del mundo, al lado de los sueldos que atraen a jugadores internacionales, se esconde un engendro muy peligroso.

El fútbol inglés, más allá de la Premier League, está al borde de la peor de las pesadillas. Acostumbrados a vivir por encima de sus posibilidades y ser salvados por un nuevo acuerdo televisivo o el paracaídas de la Premier, la situación era insostenible antes de la pandemia. Ahora necesita rescate. Aún no se ha confirmado oficialmente el regreso de las competiciones por debajo de la Premier. Quizá la Championship lo haga, puede que la League One o Two no. En todo caso, el problema no es la vuelta. Quizá 50 o 60 clubs de esas ligas acaben en bancarrota al final del año. Es decir, podrían desaparecer hasta dos divisiones enteras. Y eso tendría un efecto dominó en las divisiones inferiores, muchos de cuyos equipos dependen de traspasos de jugadores y que también tienen gastos.

¿HAY SOLUCIONES?

La mayor parte de los ingresos de esos clubs provienen de los aficionados que no pueden entrar en los estadios quizá hasta el año que viene, según aconseja el gobierno, que no quiere grandes aglomeraciones hasta que exista una vacuna contra el COVID. De momento van tirando con ERTE, retrasando pagos y sueldos (que deberán abonarse en algún momento) y con una mínima ayuda financiera de la Premier adelantado subsidios que no existirán más adelante. Pero en tres o cuatro meses la situación será dramática.

¿Soluciones? La primera, sugieren varios presidentes, sería reducir el mayor gasto, los sueldos de los futbolistas, quizá hasta un 50%. De momento el debate no va más allá. Sobrevivirán los clubs que cuenten con apoyo financiero de sus dueños (por ejemplo el Salford City de Peter Lim) y caerán aquellos que se olvidaron de plantar para mañana. Pero para muchos de ellos, sostenes de sus comunidades, seguramente ya nada será igual.