Messi sigue tocando el cielo en cada partido

Messi ha vestido la camiseta del Barça en 767 ocasiones. Un total de 767 partidos en los que los culés han podido disfrutar del mayor genio de la historia del fútbol. El barcelonismo ha tenido el privilegio de contar, desde hace más de 16 años, con el mejor jugador de todos los tiempos. Y emocionarse con sus goles (661) y admirar sus asistencias (286) y felicitarse por sus títulos individuales (seis Balones de Oro) y colectivos (34). Messi ha convertido lo imposible en posible desde su debut con el primer equipo el 16 de octubre de 2004. Y su leyenda se ha ido agigantando al mismo tiempo que iba batiendo récords. El crack argentino ha sido la estrella más brillante que ha deslumbrado jamás el Camp Nou. Y anoche, en el partido en el que igualaba el registro de longevidad de Xavi, volvió a demostrar que su nivel continua siendo superlativo marcando un doblete con golazo imposible. Laporta haría bien (lo hará, asegura) en presentarle una propuesta de renovación que le resulte irrechazable. Sentimental y deportivamente. Porque este equipo que sigue creciendo amparado en la explosión de los jóvenes necesita la veteranía y la experiencia del crack argentino para solidificarse. Messi es y debe ser el líder futbolístico y espiritual del nuevo Barça que está construyendo Koeman. 

Un Barça que parece lanzado hacia el doblete. Finalista en la Copa tras la épica remontada ante el Sevilla y acechando al líder en la Liga tras un inicio de 2021 casi perfecto: 34 puntos sobre 36 posibles, con once victorias y solo un empate (ante el Cádiz). Un rendimiento que le ha permitido escalar posiciones y ponerse a solo 4 puntos de un Atlético que ha empezado a flaquear. Anoche, el Barça mantuvo su ritmo de crucero con ese decisivo triunfo ante el Huesca, con polémica incluida por un extraño penalti señalado contra Ter Stegen que obligó a los blaugranas a esforzarse más de lo previsto. Pero se sumaron tres puntos más y la Liga está cerca. Muy cerca. Gracias, especialmente, a Messi. Que, como rezaba la pancarta que homenajeaba su récord, sigue tocando el cielo en cada partido.