Malcom, para salvar a Dembélé

28 minutos en la Liga y 64 minutos en el Gamper. Este es el balance de Malcom, un fichaje que costó 40 millones de euros, que fue birlado a la Roma cuando ya estaba en el aeropuerto de Burdeos, y que las primeras declaraciones del entrenador sobre él fue que “es un fichaje de club”, como quien se desmarca de su contratación. A esta frase le prosigue el más absoluto anonimato pues solo Cillessen y Denis Suárez han participado menos. Valverde no cuenta con él aunque tanto él como el manager deportivo auguran que acabará teniendo minutos, pero Oscar Grau augura que “el que no juegue será vendido”.

Es evidente que hay mar de fondo con este jugador, cuyo futuro es desconocido. Valverde se encuentra con muchos handicaps para alinearlo, algunos de ellos son pensando en el beneficio del club. Con Coutinho en la punta de ataque, solo acostumbra tener a un jugador de banda en el banquillo y su apuesta es Dembélé. Munir se perfila como un jugador de otro estilo y Malcom acaba siempre viendo los partidos desde la grada. O desde el sofá. Quizás apuesta por Dembélé porque le gusta más, quizás porque su inicio de temporada fue mejor. O quizás porque costó más y es mejor preservar el patrimonio del club por lo que apuesta por el que costó más dinero. La pregunta que flota en el aire es qué hubiera pasado si en vez de fichar a Malcom, el Barça hubiera efectuado un mayor esfuerzo económico por William. ¿Hubiera dejado a Dembélé en la grada cuando es uno de los fichajes más caros de la historia del club?, ¿Hubiera dejado a William fuera? Así pues se entiende la voluntad del presidente de no fichar a un defensa ahora que el técnico se lo pide.