Los jugadores no entienden a Koeman

El Barça guarda un minuto de silencio por Maradona (EN)

El Barça guarda un minuto de silencio por Maradona

Ernest Folch

Ernest Folch

Sería tan injusto decir que los males del Barça son todos culpa de Koeman como ingenuo pensar que no tiene una parte importante de responsabilidad importante sobre ellos. Eso es exactamente lo que piensan ahora mismo muchos jugadores, que al mismo tiempo son también conscientes de que ellos son los primeros culpables de la difícil situación en la que se encuentra el equipo. Sin embargo, a una parte importante del vestuario le cuesta mucho entender algunas decisiones del entrenador, al que ven en estos momentos perdido y con serias dificultades para manejar la nave blaugrana. El primer punto de fricción tiene que ver con el sistema.

Como avanza hoy Albert Masnou en este periódico, no entienden por qué el entrenador no prueba al menos el 4-3-3 con el que están familiarizados, y consideran que el 4-2- 3-1 colapsa el ataque y expone mucho al equipo en defensa, como demuestra la gran cantidad de goles encajados. El segundo punto tiene que ver con las rotaciones, que consideran excesivas, despistan al equipo e impiden que nadie consolide un buen estado de forma: es el caso de Dembélé, que no fue titular en Cádiz cuando atravesaba probablemente su mejor momento desde que fichó por el Barça. El tercer reproche tiene que ver con su intervencionismo en los partidos: creen que Koeman reacciona tarde y mal (como el incomprensible cambio de Trincao por Dest en el Carranza cuando el lateral era probablemente el mejor del equipo), y que su actitud en el banquillo es poco activa.

Por último, algunos jugadores creen que Koeman usa demasiadas veces las ruedas de prensa para dar un toque en público a sus futbolistas, a veces incluso con nombre y apellidos, algo que ha sentado muy mal. Consideran que no hay ningún problema con las críticas pero que deben hacerse en privado y sin señalar a nadie.El problema es que algunos jugadores ya han entrado en este juego de quejarse públicamente: es el caso de Pjanic, que se expresó con dureza en la Gazzetta dello Sport el pasado lunes. Un caso paradigmático porque también de manera sorprendente Pjanic tuvo la recompensa de una titularidad 24 horas después de sus quejas, algo de lo que han tomado buena nota algunos jugadores.

Lo que queda claro es que, tras un buen inicio, las relaciones entre Koeman y la plantilla han quedado deterioradas tras las dos últimas dolorosas derrotas. Los jugadores saben que Koeman no tiene la culpa de una deficiente planificación, ni mucho menos de la desorientación institucional del club, ahora mismo en manos de un presidente de gestora que todavía enrarece más el ambiente hablando sin sentido de Messi y del sueldo de los jugadores. Por eso la situación no es todavía irreversible aunque el técnico deberá ser más flexible y dar un golpe de timón si no quiere ser otro técnico engullido en la profunda crisis deportiva en que vive el Barça desde hace un año.