El hambre marca las diferencias

Vinicius salvó al Madrid en Elche

Vinicius salvó al Madrid en Elche / Efe

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Si uno se fija en los jugadores del Real Madrid detecta rápido quienes tienen hambre y quienes se sientan a la mesa distraídos y aburridos. Si miras en defensa a Courtois, Alaba o Militao los ves serenos y centrados, de los que no se ahorran nada. Si te fijas en la medular destacas a Valverde y a Camavinga, dos caballos de carreras que se juegan el tipo sin pestañear. Y si lo haces en ataque, brillan Vinicius y Rodrygo, y podría hasta Mariano, que si tuviera más cabeza (como RDT) sería un nueve de pura raza.

A ellos se suma Benzema, porque el francés es un tipo que se divierte siempre jugando al fútbol. Hambre es en fútbol sinónimo de ilusión, la que le falta a los que tienen el estómago lleno de tantos años en primera línea y un currículo destellante.

Que sí, que algunos son muy buenos, pero no me dirán que lo de Casemiro es pájara de un día por poner un ejemplo. Menuda temporadita lleva el brasileño y eso que es un tipo serio en su trabajo al que todos querrían en su equipo… pero con el estómago vacío.