El 'futulo' está en la China

Esta semana ha sido la de los chinos. No lo digo porque mi barrio vaya siendo adquirido local tras local por señores de la China, que también, sino porque por distintos motivos los chinos en general han estado en boca de varias personas relacionadas con el fútbol: Piqué ha hablado de los propietarios chinos del Espanyol; lo hizo para evidenciar una supuesta desnaturalización del antiguo club de Sarrià, que ahora es de Cornellá, otra “chinita” de Piqué al club blanquiazul, resaltando, cada vez que nombra al Espanyol, su ubicación en la ciudad del Baix Llobregat y no en Barcelona, ciudad a la que representa. Si nos vamos muy poco más atrás, recordaremos que nuestro inolvidable y querido Javier Mascherano se nos fue con los chinos para labrarse, dicen, una mejor vida. Allá esperará a Messi, según cuentan, ya que al parecer existe un futuro proyecto de compra de Lionel Messi para cuando él lo decida. Para tranquilidad de socios y aficionados culés, Messi ha dado el sí a la continuidad en el Barça; a pesar de ello, los chinos insisten en pagar los 700 millones de cláusula de rescisión renovada hace pocas semanas. Viendo la legendaria capacidad de negociación de los chinos, su reconocida astucia en los negocios y la contumaz obstinación por perseguir aquello que desean, no descarto que en un futuro, una vez el astro argentino lo haya dado todo en el Barça, acepte una oferta amarilla que sonroje a todo el mercado del fútbol mundial. Porque si en algún lugar no ha parado de crecer la burbuja ha sido en el fútbol. Algún día, estoy seguro, explotará; de momento las cifras que se barajan son de un calibre desmesurado y pronto solamente las podrán pagar los chinos y algún que otro árabe. Así las cosas, alegrémonos de estar viviendo, quién sabe, si los últimos tiempos en los que los clubes del viejo continente todavía pueden disfrutar de los mejores jugadores del mundo. Más adelante, tal vez tengamos que ir a verles jugar a Beijin o a Shangai.